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Kennemer Golf and Country Club: de Fórmula 1 y muros antitanque

Alfredo Calle | 12 de septiembre de 2013

Kennemer Golf and Country Club siempre tendrá el enorme honor de haber visto a Severiano Ballesteros levantar su primer trofeo del Circuito Europeo. Fue el Abierto de Holanda de 1976, el mismo torneo con el que Gonzalo Fernández-Castaño se estrenó en el viejo continente, pese a que el madrileño lo hiciera en el campo de Hilversumsche ya en 2005. Kennemer Golf and Country Club es un campo que aúna historia, tradición y parte de leyenda, aunque durante buena parte de su vida haya visto como el circuito de velocidad de Zandvoort le robaba su protagonismo.

Niki Lauda fue el último en inscribir su nombre en el palmarés del Gran Premio de Holanda en este trazado a 25 kilómetros al oeste de Amsterdam, aunque por su asfalto, desde la victoria del Ferrari de Alberto Ascari en 1952 (año del desembarco del Mundial), han pasado los nombres más ilustres de la Fórmula Uno: Nelson Piquet, Ayrton Senna, Alain Prost… Un evento de trascendencia mundial en uno de los balnearios más importantes de Holanda que, sin embargo, tiene en los 27 hoyos del Kennemer Golf and Country Club algo prácticamente imposible de igualar.

Hubo un tiempo en que los grandes diseñadores británicos cruzaron el canal de La Mancha y, como si hubieran firmado su particular Tratado de Tordesillas, dividieron la Europa continental con una línea perfectamente definida. Bélgica sería territorio de Tom Simpson, mientras que el más que prestigioso Harry Colt trabajó en los Países Bajos casi en exclusividad. Del último de ellos se conservan siete de sus diez diseños originales, aunque sin ninguna duda la pieza más importante sea Kennemer.

Apenas a un kilómetro y medio de la costa continental del mar del Norte, estos tres campos de nueve hoyos se debaten por definir su identidad, dividida entre las dunas que hacen del conjunto un links puro o la zona de «campiña», la más interior, con un vegetación más propia de los recorridos «inland». Características casi únicas que, además, se ven potenciadas por los tres diferentes diseñadores que trabajaron en un campo fundado a principios del siglo XX y que presume de las cicatrices sufridas durante las dos guerras mundiales.

Steven van Hegel fue el encargado de diseñar las líneas de los primeros nueve hoyos en el campo de Zandvoort allá por 1910, un sueño que tuvo que esperar ya construido a causa de la Primera Guerra Mundial, aunque en 1926 renació con más fuerza. El prestigioso Harry S. Colt fue contratado para completar los 18 hoyos e, incluso, en su plan maestro dejó plasmado ya el diseño de un tercer campo, también de nueve hoyos, que sería construido en última instancia por Frank Pennink, campeón amateur, corresponsal de prensa y, obviamente, diseñador.

Tres recorridos diferentes y a la vez parecidos que pueden llegar a confundir al jugador con sus nombres. El campo A es el diseñado por Van Hegel, el campo B es el de Pennink y el C, el de Colt. Y todos ellos se combinan durante la visita del Circuito Europeo, pues el recorrido A sirve de front-nine mientras los segundos nueve están compuestos por los tres primeros hoyos del recorrido B y los seis últimos del C. Una forma única de descubrir un campo en el que Colt se encontró con 122 bunkers (y un muro antitanques) construidos por las tropas alemanas durante la Primera Guerra Mundial y de los que aún se conservan cuatro de ellos que sirven a partes iguales para tareas de mantenimiento y como refugio propiamente dicho.

Sus calles ondulantes, las dunas que dominan la mayor parte del recorrido y, por supuesto, los vientos cambiantes que llegan procedentes del mar hacen de Kennemer una experiencia algo más que única para los amantes de los links, aunque es un desafío para cualquier aficionado sobre todo si se incluye una escapada a Amsterdam para disfrutar del Museo Van Gogh, el Mercado de las Flores o el Amsterdam Arena, la impresionante obra arquitectónica de Rob Schuurman y Sjoerd Soeters.

Alfredo Calle, autor de este texto, lleva toda la vida vinculado al mundo del golf y en su faceta de emprendedor acaba de poner en marcha Golf Dest, un club de golf virtual donde encontraréis descripciones de campos, fotos espectaculares, noticias de destinos, ofertas, torneos, circuitos amateur… y todo ello con unos precios muy especiales para todos sus integrantes. Mientras ultiman su página web, podéis encontrarlos en Facebook y Twitter.

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