Estuvo con opciones de llevarse el título durante gran parte del HSBC Champions y ahora Kevin Kisner vuelve a ponerse en lo más alto de otra clasificación, esta vez en el RSM Classic del PGA Tour. El americano parece empeñado en despedir 2015 con una victoria bajo el brazo y tras el decepcionante final en China vuelve a sentirse como pez en el agua en casa, tal y como lo demuestra su vuelta de 65 golpes (-7) en el Plantation Course del Sea Island Resort.
Su gran comienzo del torneo, que incluyó un eagle en su penúltimo hoyo y una ausencia total de bogeys, le permite distanciarse por la mínima del grupo de perseguidores que con -6 forman un total de ocho jugadores. La igualdad es máxima en estos primeros compases de RSM Classic con veintidós jugadores en apenas dos golpes de diferencia.
El objetivo ahora es dejar atrás la fama de ‘segundón’ (en un sentido nada peyorativo del término) tras quedar subcampeón en ese HSBC Champions y perder dos veces en playoff esta temporada, con Jim Furyk en el RBC Heritage y con Rickie Fowler en el THE PLAYERS en un desempate en el que también estuvo Sergio García.
El principal atractivo para el público asistente al torneo este jueves fue el debut en el PGA Tour del hijo de Davis Love III, anfitrión de esta semana, Dru Love. Sus compañeros de partidos, papá y su buen amigo Justin Thomas. Y su comienzo no pudo ser mejor. Calle, green y putt. Birdie a las primeras de cambio que supo mejor todavía cuando su padre firmó el mismo resultado en el hoyo 1 del Seaside Course.
Con Thomas acabando el día con -3, los Love acabaron empatando su primer duelo con tarjetas al par que les sitúan a ambos muy abajo en la clasificación, en el puesto 111º. El segundo asalto es hoy en el Plantation Course, dnde Dru tiene claro su objetivo: «ganar a mi padre». Y el capitán americano de la próxima Ryder Cup, lo firmaría. «Espero que me gane, de verdad. Quiero que juegue bien y si me gana espero que eso signifique que ha jugado mejor», comentaba Davis Love III.
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