“El viento empezó a soplar a los treinta minutos de vuelta. Pasamos de soleado, agradable y algo nublado a un viento huracanado. Fue un día duro”. Son palabras de Jessica Korda tras la segunda del Pure Silk Bahamas LPGA Classic, aunque bien podrían llevar a error sobre cómo fue su vuelta en el Ocean Club Golf Course. Había viento sí, pero el campo sigue sin defensas a los ataques de estas jugadores. Korda, que ha cambiado de entrenador hace dos semanas, salió junto a Paula Creamer y se retaron en un concurso de birdies hasta el liderato.
Hasta en ocho ocasiones la estadounidense celebró un acierto a lo largo del día, llegando a entregar una vuelta de 66 impactos (menos siete) y alcanzando el menos once en el acumulado. “Fue algo agotador porque tenías que ponerlo todo en cada golpe. Paula me seguía presionando, por lo que sentí que tenía que hacer birdies, también”, añadió. Su vuelta fue memorable, teniendo en cuenta las condiciones, pero la de la Pantera Rosa fue magistral. Comenzó con un doble bogey en el uno, como si estuviera aclimatándose al campo, para luego comenzar a escalar puestos en la clasificación a una velocidad endiablada. A ese error le siguieron cuatro aciertos consecutivos. A lo largo de la ronda, cayeron otros seis.
Jessica y Paula se empujaron la una a la otra hasta lo más alto, diciéndose constantemente que necesitaban de algo más para ganar la primera prueba del año en el LPGA Tour. “Me encanta jugar con viento. Siempre me ha gustado”, declaró Creamer, que sigue a Korda desde el menos diez. “Cuanto más difícil, mejor me siento. Realmente nos aferramos a nuestro plan de juego. Tienes que dejarte llevar por sensaciones en días como hoy y confiar en lo que estás haciendo, comprometiéndote con tus golpes. Es algo que he trabajado realmente duro en este final de temporada y de algún modo encontré hoy el premio”.
No será, sin embargo, un regalo completo. Solo han pasado dos días en Bahamas y ya han podido ver cómo las condiciones cambian dramáticamente, por lo que las dos jornadas restantes se antojan, como decía Jessica, agotadoras mentalmente. Si echan un vistazo a la tabla corroborarán que todavía queda un mundo. Allí, muy cerca de ellas, con menos nueve, se ha situado Michelle Wie, el talento personificado desde que era niña y con dificultades para ponerlo en práctica como profesional. “Creo que simplemente descansé mucho durante el final de año”, declaró. “Cuando volví a coger un palo en enero tenía muchas ganas de jugar. Estaba muy preparada para coger mi ritmo”. Igualó la vuelta de Creamer, con 65 golpes, gracias a ocho birdies sin errores.
Jenny Suh comparte con ella la tercera posición, mientras que Christel Boeljon, Na Yeon Choi, Lydia Ko y P.K. Kongkraphan son quintas con menos ocho. Stacy Lewis se quedó en el menos seis y Azahara Muñoz en el menos cinco. Belén Mozo (más dos), María Hernández (más cinco) y Beatriz Recari (más siete) no consiguieron pasar el corte.
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