El golf vive momentos de cambio. Durante el último lustro, no solo se ha demostrado que muchos de los principios fundamentales que gobernaban el swing eran erróneos, sino que las estadísticas, ese campo complejo e inexplorado, también están sufriendo su propia revolución. El putt ha cedido su importancia a los golpes de salida en estos campos más grandes y extensos, como praderas, en los que compiten los profesionales. Es necesario ser más agresivo, más fuerte y atlético, para triunfar hoy día; o al menos eso dicen los números. En el Pure Silk Bahamas LPGA Classic, este nuevo regla halló una demostración empírica.
Stacy Lewis había alcanzado un acumulado de menos dieciocho tras cuatro jornadas. La número tres del mundo, dispuesta a recuperar el liderato en el Rolex Ranking en 2014, había alcanzado a lo largo de la semana ese golf consistente y acertado en los greenes de sus mejores días, en su primera prueba de la temporada. Sonreía por el recorrido y, posiblemente, esperaba que sus rivales comenzaran a fallar nada más ver su nombre ahí arriba, en primera posición y tras llevar a cabo una vuelta de menos siete. Jugó el 18 de forma inteligente y ordenada: par 5, dos impactos a green, alcanzar un nuevo birdie gracias a su excelente juego corto.
Un hoyo por detrás, Jessica Korda contemplaba la escena también con menos dieciocho. Poco tienen que ver sus puntos fuertes y sus débiles con los de Lewis, más experimentada en el viejo arte de cerrar torneos, con dos grandes en sus vitrinas. Korda solo cuenta con una victoria en el circuito y todavía no ha llegado a un domingo importante con opciones, por lo que solo podía tirar de instinto o sensaciones. Si Stacy podía manejar perfectamente la situación, ella apostaría por ser agresiva porque, al fin y al cabo, tiene veinte años y es capaz de mandar sus golpes al infinito y más allá.
Esto es lo que sucedió: Lewis mandó su bola pasado el green con una madera, mientras que Korda solo tuvo que coger el hierro 4 desde 194 metros. La bola de la primera quedó enredada en el rough, desde donde Stacy mandó un tímido chip que dejó el intento de birdie a más de cinco metros del hoyo. La de la segunda, más alta y controlable, botó en el green y fue a parar a unos cables de la televisión, justo enfrente de las gradas. Desde allí pudo dropar su bola y patear desde una posición algo atípica: la hierba alta.
Pero el resultado fue sorprendente, ya que Stacy, con mucho mejor juego corto que su rival, no fue capaz de conseguir el acierto que le llevara hasta el menos diecinueve. Korda, siguiente un consejo que Jack Nicklaus le dio meses atrás (“Un mal putt siempre es mejor que un mal chip”), sacó dos putts de un hoyo que le dio su segundo triunfo en el LPGA Tour, el primero desde el Australian Open de 2012. La diferencia entre ambas fue, simplemente, cómo se quedó su bola tras ese segundo impacto a green. Stacy pegó una madera. Jessica un hierro cuatro.
Pornanong Phatlum, Paula Creamer, Na Yeon Choi y Lizette Salas finalizaron en tercera posición con un acumulado de menos dieciséis, mientras que Sandra Gal, Christel Boeljon, Kongkraphan y Lydia Ko fueron séptimas con menos quince. Azahara Muñoz terminó decimoctava con menos diez, un buen resultado en el primer compromiso de la temporada.
Amelia Lewis Azahara Muñoz Beatriz Recari Belén Mozo Brittany Lang Hee Young Park Jaye Marie Green Jessica Korda Lexi Thompson Lizette Salas LPGA Tour Lydia Ko María Hernández Meena Lee Michelle Wie Na Yeon Choi Ocean Club Golf Course Paula Creamer Pure Silk-Bahamas LPGA Classic Stacy Lewis
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