Finalmente, se cumplieron los pronósticos más pesimistas y la lluvia se convirtió en el principal protagonista de una primera jornada de la Ryder Cup, donde el aguacero que venía azotando al Celtic Manor Resort desde la tarde noche de ayer terminó por superar la capacidad de drenaje del Twenty Ten Course, y motivó una suspensión que ha dejado inconclusos no sólo los matutinos four-ball, sino que ha provocado el cambio en el formato de la competición, y la posibilidad de que tengamos que esperar a la mañana o la tarde del lunes para conocer al vencedor de la trigésimo octava edición de esta histórica competición.
Durante el transcurso del Celtic Manor Wales Open de 2008, Colin Montgomerie hablaba ante los medios de comunicación del riesgo de albergar la Ryder Cup en el País de Gales en esta época del año. No solo por la elevada posibilidad de precipitaciones, sino por la especial orografía del recorrido, enclavado en el valle del río Usk, que lo hacía especialmente propenso a la formación de nieblas matinales que retrasaran el inicio de unas jornadas ya de por sí escasas de horas de sol.
Antes de que John Paramor decretase el cese temporal de las hostilidades, el combinado europeo había conseguido adelantarse en tres de los cuatro partidos, y el color azul poblaba el marcador provisional del turno de mañana de la Ryder Cup.
Lee Westwood se bastaba para sobrellevar el naufragio de Martin Kaymer (dos visitas al agua en cinco hoyos) e imponerse a un Phil Mickelson impreciso con los hierros y un Dustin Johnson errático. Por detrás, Graeme McDowell salvaba los pares en un enfrentamiento donde Stewart Cink comenzaba a justificar la elección de su capitán, mientras Rory McIlroy pagaba lo aventurado de sus declaraciones de la víspera.
Ross Fisher adelantaba a la pareja inglesa en el primer hoyo, antes de que Tiger Woods se desquitara en el par 5 e Ian Poulter le contrarrestara con un soberbio putt de birdie de más de siete metros en el 3. El único lunar de Colin Montgomerie era el triple majorista irlandés que daba alas a unos rookies norteamericanos en estado de gracia.
Siete horas después del parón, los golfistas volvían a los hoyos del Twenty Ten Course, y el rojo estadounidense comenzaba a comerle el terreno a un azul que se diluía al mismo ritmo que se abrían los cielos galeses.
Lee Westwood, que ampliaba a tres hoyos la diferencia tras la reanudación, desaparecía abruptamente al mismo tiempo que Phil Mickelson se entonaba a base de birdies, y dejaba en el putter de Martin Kaymer la numantina defensa del único partido que los europeos han conseguido liderar al final del día.
Stewart Cink proseguía con su recital en los greenes y le daba él solo la vuelta al enfrentamiento contra los norirlandeses, situándose 2up tras un clamoroso error de Rory McIlroy en un putt de metro y medio.
Ian Poulter restauraba sobre la bocina el “All Square” tras enchufar un putt de seis metros, mientras Luke Donald marcaba la bola en el green del 9 y se dejaba para mañana un putt de menos de un metro para mantener la desventaja en 1down tras desaprovechar en los hoyos anteriores, junto a su compañero irlandés, hasta cuatro oportunidades de birdie.
Más información sobre el hoyo a hoyo en este enlace a la clasificación online.
En líneas generales los estadounidenses se han adaptado mejor a la lenta velocidad de los greenes, en especial un Stewart Cink que nos recuerda al verdugo de Sergio García en los individuales de la edición de 2006, y Jeff Overton. Además, la presión de la Ryder Cup se está cobrando sus primeras víctimas: Rory McIlroy, Dustin Johnson y Matt Kuchar.
Tras el aplazamiento sufrido durante la primera jornada y en previsión de próximas precipitaciones, se ha reestructurado el calendario de competición. Desde las 09:00 h del sábado y una vez resueltos los cuatro four-ball inconclusos de hoy, la Ryder Cup se dividirá en tres bloques:
– Segunda sesión de 6 foursomes.
– Tercera sesión de dos foursomes y cuatro four-ball.
– Cuarta sesión de doce individuales.
Si fuera necesario, el juego se prolongaría hasta la jornada del lunes, 4 de octubre de 2010, aunque estableciéndose en las 18:45 h la hora límite para la finalización de los encuentros. Superada esta hora, todos los partidos en activo se darían por empatados, y se procedería al cómputo total de cada equipo para determinar el ganador (14 puntos en el caso de los Estados Unidos o 14 ½ en el europeo).
Una consecuencia inesperada es que los capitanes se verán obligados a tirar de banquillo, ya que cada jugador deberá disputar los 54 hoyos restantes (1 FS + 1FB/FB + 1 Individual), es decir, en cada turno participarán los veinticuatro integrantes… al estilo de la Presidents Cup.
Fotografía: Zimbio.
Gráficos: Rydercup.com
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