Cuando hablamos del status que tienen algunos jugadores procedentes de las escuelas del European y PGA Tour solemos decir que muchos de los que consiguen el derecho a jugar en la élite están muchas semanas pendientes del teléfono para ver si entran o no en uno u otro torneo. El pasado lunes sonó el teléfono del rookie del PGA Tour Derek Ernst, una llamada que cambiaría su vida, ya que sería la que le llevaría al Wells Fargo Championship, torneo que acabó ganando ayer a lo grande.
La semana comenzaba para Ernst conduciendo dirección Athens, Georgia, para disputar un torneo del Web.com Tour cuando cerca de Atlanta se le informó por teléfono de que tenía una plaza en el Wells Fargo. Tras haber participado en ocho torneos del PGA Tour en los que había sumado solo 28.000 dólares, su mayor preocupación era intentar evitar pagar la penalización de 1.000 dólares a la casa de alquiler de coches por devolver su vehículo en una localidad diferente. Para no tener que hacerse cargo de este gasto extra, continuó conduciendo hasta Athens y allí alquiló un segundo coche. Ahora, la anécdota suena incluso divertida después de ganar 1.206.000 dólares con su victoria en playoff contra el inglés David Lynn.
Fueron estos dos jugadores unos protagonistas inesperados en una jornada final que parecía destinada a dirimirse en un mano a mano entre los principales contendientes tras tres rondas, los colíderes Nick Watney y Phil Mickelson, ambos empatados con -8 a falta de 18 hoyos. Sin embargo, ninguno de ellos dio la talla jugando respectivamente Quail Hollow en 76 (+4) y 73 golpes (+1), situación que fue aprovechada por Lynn y Ernst para luchar por la victoria y todo lo que ésta conllevaba.
Ernst llegaba con un acumulado de -6 a la última jornada y completó sus nueve primeros hoyos en +1. A partir de ahí, mostró una madurez tal vez impropia de un novato para dejar de cometer errores y plantarse en el tee del 18 con un -7 a un golpe del liderato. Consciente de que necesitaba el birdie para darse alguna oportunidad de pelear por el torneo, dio un soberbio hierro 6 desde 192 yardas en el hoyo más complicado del recorrido que acabó a poco más de un metro de bandera. Posteriormente embocó consiguiendo tan solo el cuarto birdie que se firmó en este hoyo final. Con su par en el mismo hoyo, su compañero de partido David Lynn firmaba también un -8 total que en ese momento era el mejor resultado en casa club.
En el partido siguiente, Robert Karlsson llegaba con ese mismo resultado. Un birdie le daría el liderato en solitario condenando a los -8, pero falló y su bogey le dejaba fuera de toda lucha. Con Nick Watney descartado después de acumular tres bogeys sin birdies en los primeros 13 hoyos, Mickelson tenía la oportunidad de llegar al -8 para hacerse con una plaza en el playoff también con un birdie en el último hoyo. Momentos antes mantenía el liderato en el hoyo 15 pero sucumbió en la Milla Verde, el tramo de tres hoyos finales de Quail Hollow, haciendo bogeys tanto en el 16 como en el 17.
Sin embargo su putt de 7 metros en el green del 18 no encontró agujero por poco y quedaba así descartado y sumido en una profunda decepción. «Pensaba que lo tenía todo bajo control. Si hubiera podido hacer la recuperación desde el bunker del hoyo 15 habría tenido una ventaja de dos golpes en los últimos tres hoyos, que sé lo difíciles que son. No hay excusa.»
Si algunos como él sufrían más de lo deseado en estos tres hoyos finales, Lynn consiguió dejarse una oportunidad de victoria gracias precisamente a su comportamiento en esta Milla Verde, jugándola en un acumulado de -4 durante las cuatro jornadas de competición. Sin embargo, en el primer hoyo de playoff falló su salida a la izquierda dejando su bola en una delicada situación para ver posteriormente cómo Ernst se dejaba opción de birdie con su hierro 3. Tenía que arriesgar y acabó en bunker, no dejó la bola en green en su sacada desde la arena y su posterior chip dejaba la puerta abierta a Ernst si éste conseguía hacer par. Y lo hizo. consiguiendo así una plaza para el The Players, los dos Campeonatos del Mundo que quedan en este 2013, el PGA Championship y el Masters de Augusta el año que viene.
Lynn admitía que «no sabía nada» sobre su compañero de partido de la última jornada Derek Ernst, 180º de la FedEx Cup en ese momento y 1207º del mundo. Tras este final feliz de ayer, sube al puesto 123 del mundo, y de momento, podrá permitirse algunas penalizaciones por dejar el coche de alquiler en la localidad que él quiera.
Sergio García concluyó el torneo consiguiendo un nuevo top 20 en Estados Unidos tras firmar una última vuelta de 73 golpes (+1) para -3 total un 16º puesto.
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