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La respuesta estaba en casa

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Enrique Soto | 20 de septiembre de 2013

No es sencillo explicar cómo un jugador tan sólido como Francesco Molinari ha bajado de nivel desde la pasada Ryder. El italiano solo falló un corte a lo largo de 2012 (en el The Players), ganó el Open de España, finalizó segundo en otras dos ocasiones y demostró que tenía la confianza suficiente como para plantar cara a Tiger Woods en Medinah. Su evolución parecía ascendente, destinada a afilar las miras en los grandes y subir su porcentaje de aciertos los domingos, ya que, a pesar de su enorme carrera, solo ha ganado tres veces en el Circuito Europeo. Todo este proceso lógico se paralizó esta temporada.

Echando un vistazo a sus números, la respuesta podría encontrarse en sus golpes a green, la que hasta ahora había sido la mayor de sus fortalezas. De rozar un descomunal ochenta por ciento en regulación el año pasado, Molinari ha descendido hasta el sesenta y nueve, lo que supone unas cuantas oportunidades menos de birdie durante los últimos meses. El swing parecido a un metrónomo al que nos tenía acostumbrados se ha desajustado mínimamente, hasta el punto de que su mejor resultado en 2013 es un quinto puesto en Bulgaria. ¿Cómo volver al pasado y recuperar las sensaciones? Puede que el jugar en casa le haya ayudado a recordar.

Francesco no solo ha vuelto a competir en un torneo que le vio triunfar en 2006, sino también a un escenario que le ha visto crecer como golfista. El Golf Club Torino se adapta perfectamente a sus virtudes: no es excesivamente largo, cuenta con varios hoyos tensos y está rodeado por continuas hileras de árboles, por lo que las escapadas se terminan pagando; justo lo que él tiende a evitar. Sus 68 golpes en la primera jornada fueron una buena muestra de que se encontraba cómodo. Sus 67 en la segunda son su candidatura a la victoria.

“Dije a comienzos de semana que no quería pensar en nada más que en disfrutar, intentar hacer algunos birdies y volver a repetirlo el sábado y el domingo”, declaró. “No importa mucho que haya ganado antes, es una semana especial para mí. Fue importante cuando salí ayer a las ocho de la mañana con solo cincuenta personas siguiéndome y lo es también ahora, con muchas más. Tengo que disfrutarlo, divertirme. Sonrío en el campo porque veo a gente que conozco y sé que me están animando”.

Todo es más sencillo en estas circunstancias. Solo falló dos calles a lo largo del día y de sus trece oportunidades de birdie consiguió embocar siete, alzándose a lo más alto de la tabla con un acumulado de menos nueve. Simon Thornton igualó su resultado, también con 67 impactos, mientras que el chileno Felipe Aguilar firmó la mejor vuelta del día (66) y les alcanzó en el turno de tarde. El triunvirato partirá en cabeza el fin de semana, sabedor de que en este campo los aciertos son muy factibles, pero los errores también.

Nicolas Colsaerts, líder tras los primeros dieciocho hoyos, parecía tener encaminada su vuelta con un parcial de menos tres tras doce pruebas, pero dos bogeys tardíos le dejaron en segunda posición, con menos ocho. David Higgins y Steve Webster le acompañan en cuarta posición. Marcus Fraser y Maximiliam Kieffer son séptimos con menos siete.

Los mejores españoles en este Open de Italia son Álvaro Quirós y Alejandro Cañizares, que firmaron sendos 67 golpes para ascender hasta la novena plaza. El primero busca las sensaciones que le han hecho triunfar seis veces en Europa –previas a una lesión– mientras que el segundo podría parece dispuesto a mostrar la cara que le dio una oportunidad de victoria en Suiza. José María Olazábal, tras entregar un 68, es decimosexto. Jorge Campillo y Gonzalo Fernández-Castaño son trigésimo segundos con menos tres. Rafael Cabrera-Bello, Eduardo de la Riva, José Manuel Lara e Ignacio Garrido no consiguieron superar el corte, situado en más uno.

Resultados completos