Campo corto donde es necesario mover la bola. Jiménez sonríe. Se siente cómodo en este tipo de escenarios, donde no necesita descomponerse para atacar banderas y donde fallar la calle no implica jugar corto de green, sino usar la imaginación para esquivar bunkers o las continuas ondulaciones del Kennemer Golf & Country Club. El jueves fue un 64 con ocho birdies. Al segundo día y expuesto al continuo ataque de sus perseguidores, no cometió un solo bogey.
Su vuelta de menos tres le permitió mantenerse en lo más alto de la clasificación, en un acumulado de menos nueve. “Este recorrido se adapta a mí”, declaró. “No es demasiado largo pero tienes que dejar la bola en el sitio correcto. Me gustan este tipo de links y me siento muy cómodo con mi juego”. Es algo que se llevaba fraguando durante las últimas semanas: un decimotercer puesto en el Open, cuarto en el Bridgestone Invitational, entre los treinta mejores en el PGA, quinto en Suiza… Las buenas sensaciones a través de campos muy distintos reflejaban que el momento de Miguel Ángel podría llegar muy pronto, en un camino que podría conducirle a la mejor temporada de su carrera.
Dos días tendrá para demostrar que está preparado para conseguirlo y sus rivales esperan ansiosos una oportunidad de plantarle cara. En lo más alto junto al malagueño se ha situado Pablo Larrazábal, un jugador con tantas ganas de volver a ganar que a veces parecen escapársele por la boca, mientras le pide a su bola que vuele unos metros más o que vire ligeramente a la izquierda. Sexto en Malasia, cuarto en Marruecos, quinto en China, cuarto de nuevo en Irlanda… El año del catalán ha estado lleno de oportunidades que se ha creado poco a poco, como las hormigas, y está deseando volver a cerrar un torneo como lo hiciera en París en 2008. Sus 66 golpes (menos cuatro) fueron un complemento ideal para sus 65 del jueves.
Hacía tiempo que no se veían dos banderas españolas en lo más alto de una clasificación del Circuito Europeo. Hasta ahora ha sido una temporada desafortunada, de continuos intentos y ataques que se quedaban a medias los domingos, mientras que algún otro no desaprovechaba sus opciones. Esta semana el peor enemigo de Jiménez y Larrázabal se llama Simon Dyson. Ha ganado seis veces en el viejo continente y dos de ellas fueron en este campo, en el mismo torneo. Tras un 69 algo dubitativo, el inglés furioso se sacó siete birdies de la manga, cerrando una racha de 35 hoyos sin cometer un solo error. 63 impactos, menos ocho en el global y el aliento en el cogote de los líderes.
Julien Quesne y Oliver Fisher también son segundos tras entregar sendos 65 golpes. Jorge Campillo no anda demasiado lejos, ya que igualó junto a Dyson el récord del campo y subió la friolera de 75 posiciones, hasta la séptima. Solo tres putts en el green del 18, en el que firmó un bogey, le impidieron superarlo. A pesar de ello, su acumulado de menos seis le sitúa séptimo, en una jornada muy provechosa para la Armada. Rafael Cabrera-Bello (67) y Álvaro Quirós (64) se han situado en el menos cuatro, José María Olazábal (68) y Alejandro Cañizares (68) en el menos tres, mientras que Eduardo de la Riva (71) ha conseguido pasar el corte con menos uno. La sequía podría terminar muy pronto.
Alejandro Cañizares Álvaro Quirós Damien McGrane David Howell Eduardo de la Riva European Tour Fabrizio Zanotti Gary Orr Ignacio Garrido José Manuel Lara José María Olazábal Kennemer Golf & Country Club KLM Open Miguel Ángel Jiménez Pablo Larrazábal Race to Dubai Race to Dubai 2013 Rafa Cabrera-Bello Robert Allenby Simon Dyson
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