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Zona Pro

La vía libre

Enrique Soto | 22 de septiembre de 2013

El nivel es claramente superior. Al igual que sucediera la temporada pasada, un hombre está imponiéndose ostensiblemente a su rivales en los Playoffs de la FedEx Cup, hasta el punto de dejar casi sentenciada una competición que debería llevar al caos, no a las certezas. Pero Henrik Stenson está jugando otro campo, otro torneo, otra liga. Su despliegue de tee a green tiene los tintes de la obra más compleja de alcanzar en este deporte, la de despejar dudas por argumentos. Se le ve le en tee de cualquier hoyo seguro, ajeno al número de ceros que puede acumular mañana en el East Lake Golf Club. Nadie espera que falle y él tampoco.

Mientras los veintinueve hombres que intentaban alcanzarle en la clasificación del Tour Championship peleaban por recortar algún golpe al par, este sueco de treinta y siete años embocó cuatro putts para birdie en sus nueve primeros hoyos del día. Jordan Spieth, el niño impredecible, marchaba más dos; un Adam Scott enfermo se iba hasta el más cinco; el resto mantenían una lucha tensa por sumar aciertos. Nada de esto parecía incumbirle, todavía sumido en esa dulce racha que dura ya dos meses, en la que solo ha terminado fuera de los tres primeros puesto en dos ocasiones. Menos trece a mitad de vuelta. Su más inmediato perseguidor, a nueve impactos de distancia.

La lluvia, sin embargo, optó por darle un transcurso distinto a otro torneo de Henrik. Fue calando poco a poco el recorrido así como las mejores vueltas que se desarrollaban en el día. La del líder pasó de menos cuatro a menos uno, en forma de varios bogeys. La competición podría volver a estar abierta, pero tampoco sus rivales supieron aprovecharse de esta inesperada ayuda de los elementos. Dustin Johnson, llegando de un lugar desconocido, del que tampoco él parece saber cómo entró o cómo debe salir, se las ingenió para meter un putt kilómetrico en el 18 y terminar con menos tres, el mejor resultado de la jornada. Está a cuatro de la primera plaza. Steve Stricker, sumido en una prejubilación pausada, desplegó el mismo golf sólido que le ha permitido volver a estar un año más entre los mejores, a pesar de la falta de ritmo competitivo. Su menos dos le sitúa tercero, a seis impactos.

Y no hay mucho más. El resto de contendientes solo puede mirar alrededor y competir por una hipotética segunda plaza. Este torneo tiene nombre y apellido, al igual que la competición que se esconde detrás y que entrega diez millones de dólares al ganador. “Por supuesto que quiero ganar los dos”, comentó. “Si no puede ser, por lo menos uno de ellos. No tenía nada cuando llegué aquí, por lo que veremos con qué me marcho”. No tiene presiones ni compromisos con los que cumplir. Stenson, simplemente, está atravesando la mejor racha de golf de su carrera.

Zach Johnson, Justin Rose, Billy Horschel y Jordan Spieth esperarán su debacle mañana mientras buscan una vuelta memorable, de las que recordar claramente a través del tiempo. Sergio García, desde el menos dos, en décima posición, tendrá una jornada similar por delante, en la que sumar puntos para la Ryder o el Ranking Mundial parece más importante que un resultado concreto. El líder tiene la vía libre hacia la gloria y, viendo su golf durante este tramo final, resulta complejo discutir que se merezca alcanzarla.

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