Zona Pro
Laird corta la racha de victorias americanas y se mete en el Masters
Carlos Palomo | 08 de abril de 2013
Inesperado final el vivido ayer domingo en el Valero Texas Open. Con el liderato de Billy Horschel en -10 y el segundo puesto copado por Charley Hoffman y Jim Furyk en -8, parecía que la última jornada en el Oaks Course del TPC de San Antonio nos daría una victoria americana más con Rory McIlroy como mejor alternativa internacional desde su -6. Tras el sábado, ninguna crónica hablaba de Martin Laird y mucho menos le situaba con opciones de victoria con su -5 a cinco golpes del líder, pero una vez más el golf volvió a demostrar que no es una ciencia exacta ni predecible.
Laird acabó imponiéndose en una soberbia jornada final en la que firmó nueve birdies y nueve pares para firmar un valioso 63 (-9) con el que batió el record del campo, consiguió la victoria en Texas y se ganó su invitación, la última disponible, para disputar desde el jueves el Masters de Augusta, siendo ésta la 11ª vez que un jugador se mete en el primer Major del año ganando el torneo de la semana anterior en el PGA Tour.
No estaba siendo 2013 un buen año para Martin Laird. Sin victorias desde su conquista de Bay Hill en el Arnold Palmer Invitational de 2011, en esta temporada solo había pasado cuatro cortes de ocho torneos disputados. Y sus fines de semana de competición no podían ser más discretos, con un 34º puesto precisamente en el torneo que ganó dos años atrás como mejor actuación de la temporada.
Tan bueno fue su comienzo del domingo, con el que empezó a trepar en la clasificación con cinco birdies en sus primeros ocho hoyos como su final, firmando tres birdies en los tres últimos hoyos para hacer imposible el intento de remontada de sus rivales. Especialmente interesante fue el duelo en la distancia protagonizado contra Rory McIlroy, segundo clasificado finalmente a dos golpes del escocés.
Desde el tee del 16, McIlroy vio cómo Laird embocaba su putt de birdie tras tomar nota de manera bien atenta al putt de su compañero Jeff Overton conisguiendo así dos golpes de ventaja. McIlroy respondió a lo grande minutos después con su séptimo birdie del día, pero Laird no estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad de meterse en el elitista field del Augusta National. En el 17, a pesar de fallar al bunker de la derecha hizo una gran sacada desde la arena que acabó en el collarín de green a la altura de la bandera. Metió el putt en el mismo green que posteriormente el norirlandés haría dos putts y salió con dos golpes de ventaja al 18, donde dio el estoque final con un último acierto que igualaba el número de pares y birdies en su tarjeta.
«Es increíble. En las últimas dos semanas me han preguntado unas 30 veces que si iba a jugar en Augusta. Y cada vez que tenía que explicar que no, era algo que me dolía bastante después de haber jugado las dos últimas veces», explicaba el campeón.
El damnificado del día fue Billy Horschel, quien tras partir como líder solo pudo firmar tres birdies y dos bogeys perdiendo así su baza de meterse por primera vez en el Masters. Acabó empatado en la tercera posición junto a Charley Hoffman y Jim Furyk, quien cerró el torneo a lo grande embocando desde 95 metros en el 18 para eagle.
El segundo puesto conseguido por McIlroy es su mejor final en América desde que ganase el BMW Championship el pasado mes de septiembre. «Estoy encantado con mi juego. Ha sido una gran semana para mí. He eliminado esos fallos estúpidos que estaba haciendo en el campo y los errores mentales. Es genial haber acabado el torneo tal y como lo he hecho antes de ir al Masters«.
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