El Circuito Europeo se traslada esta semana a Turquía para la disputa de la penúltima prueba de la temporada, el Turkish Airlines Open, antesala de la gran final de Dubai. Muchos jugadores llegan echando cuentas, viendo qué deberían hacer para meterse entre los sesenta mejores de la orden de mérito; otros, por su parte, solo piensas en superar a Henrik Stenson, el número uno. El sueco ha jugado los dos últimos torneos en China con resultados discretos y la muñeca algo afectada por una tendinitis, pero está decidido a imponerse en la Race to Dubai del mismo modo que en la FedEx Cup, es decir, con un zarpazo en los momentos decisivos.
“He tenido ocho vueltas competitivas en las últimas dos semanas y tres de ellas han sido muy, muy buenas”, declaró el número tres del Ranking Mundial. “Siempre supe que iba a ser difícil ganar la orden de mérito y que alguien de los que me perseguía iba a jugar muy bien. Quedan dos semanas y se va a terminar decidiendo en Dubai, estoy seguro”. De sus más inmediatos rivales, los más peligrosos son Justin Rose e Ian Poulter, tercero y cuarto respectivamente. Pero sus aspiraciones esta semana en el Montgomerie Maxx Royal no tienen tanto que ver con su posición en los rankings sino con su verdadero estado de forma, que parece haberse disparado en sus últimas vueltas.
Al igual que sucedió en Estados Unidos antes del Tour Championship, este formato de competición, con varios campeonatos consecutivos, ayuda a alimentar la confianza de algunos de los mejores jugadores del mundo, sacando lo mejor de ellos hasta que finalizan. Allí no solo lo vimos con Stenson, sino también con hombres como Jordan Spieth o Steve Stricker, que sumaban top 10 en cada uno de los playoffs con facilidad, otorgando certezas en un deporte imprevisible. Sus equivalentes en el Circuito Europeo bien podrían ser Rose y Poulter, y los números lo demuestran.
El primero, siguiendo la línea que le llevó a ganar el US Open, finalizó quinto en el HSBC Champions gracias a un tercer puesto en precisión desde el tee (cogió 42 de 56 calles), noveno en distancia con el driver (una media de 299 yardas) y un segundo en greenes en regulación (59 de 72 posibles). Rose está en la misma senda que en Merion, sirviéndose del swing que ha construido junto a Sean Foley y a solo 325.000 euros de Stenson en la Race to Dubai. El inglés, además, tiene buenos recuerdos de Antalya después de ganar el año pasado un evento de exhibición ante siete de los mejores jugadores del mundo. “Es genial estar aquí de nuevo”, declaró. “Es una semana importante para mí y me da una oportunidad de llegar a lo más alto. Creo que mi juego está a un buen nivel, por lo que espero hacer un buen resultado”.
Poulter, por su parte, debió de presagiar que finalizaría el año en buena forma y le apostó a Stenson a que le superaría en la Race to Dubai hace unas semanas, cuando las apuestas a su favor estaban 10 a 1. Dos torneos después, en los que ha finalizado decimoquinto y segundo, ha ascendido hasta la cuarta posición, a 543.000 euros del sueco. Ha cogido un 70% de las calles y los greenes en China, pero sobre todo, Ian ha vuelto a patear como en sus mejores días (segundo y tercero en los dos torneos). Nadie ha hecho más birdies que él durante las dos últimas semanas (46), y ya saben lo que eso implica: ataques imprevisibles desde cualquier punto de la tabla.
Junto al todopoderoso Woods, que parece haber bajado una marcha respecto a los seis primeros meses del año, son los principales favoritos para imponerse en un país que está invirtiendo mucho en el golf. Miguel Ángel Jiménez, Pablo Larrazábal, Rafael Cabrera-Bello, Eduardo de la Riva y Alejandro Cañizares son las bazas españolas en un campo que debutará a este nivel.
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