Para todo buen golfista hay una semana especial durante el año, cuatro días marcados en rojo en el almanaque donde la cuna del golf reúne a 156 valientes que tendrán el honor de lidiar con el verdadero espíritu de este deporte. Este año, la edición 143ª del Abierto Británico los reúne entre las suaves colinas del Royal Liverpool y el campo inglés acoge por duodécima vez el Open Championship con el recuerdo de la última victoria de Tiger Woods en 2006.
Sin embargo, el camino que lleva al Open comienza antes de lo que la mayoría de aficionados acostumbra a apreciar. Es un proceso largo que premia la valentía de algunos jugadores modestos que buscan en las fases de clasificación una oportunidad de participar en el major más puro del golf moderno.
Los 156 participantes de esta edición han tenido que recorrer diversas sendas para conseguir un billete al tee del uno de Royal Liverpool, unos caminos que se reparten entre las exenciones exclusivas del Open Championship y la clasificación en diversos torneos o previas.
Como el resto de majors, el Abierto Británico cuenta con distintas exenciones que permiten a los jugadores acceder directamente al torneo, preceptos de los que se benefician las mejores espadas del golf mundial y que están englobados en 26 categorías diferentes que se encuentran en este enlace. Como es lógico, se beneficia a los mejores golfistas del ranking mundial y de los principales circuitos, a los antiguos ganadores del Open y de otros majors, a los amateurs más laureados, etc.
Estas exenciones son similares que las que se otorgan en los demás “grandes” del golf profesional, aunque lo que diferencia a este torneo y le da su categoría de “open” (torneo abierto) es la posibilidad de acceder a través de los campeonatos previos (regionales o internacionales) que el Royal & Ancient estipula.
La clasificación internacional, cuya nueva estructura se ha estrenado en 2014, se basa en una serie de torneos pertenecientes a seis grandes circuitos que sirven de puente para llegar al Open Championship. Para empezar, en el Quicken Loans National, The Greenbrier Classic y el John Deere Classic del PGA Tour se ofrecen nueve plazas (4+4+1) para los jugadores que finalicen entre los doce primeros clasificados y no posean ya una exención.
Los tres campeonatos clasificatorios que presenta el European Tour reservan tres plazas cada uno para los jugadores que queden en el top 10 y no estén aún exentos, y son el Open de Irlanda, el Open de Francia y el Open de Escocia. A estos se les une el Joburg Open (celebrado en Sudáfrica y compartido entre Sunshine Tour y European Tour) como el torneo clasificatorio africano y el que se celebra más temprano en el calendario (entre el 6 y el 9 de febrero).
Completan el cuadro internacional otras tres previas: el Australian Open (Australasian Tour), la previa asiática en Tailandia y el Mizuno Open (Japan Golf Tour). El primero cuenta con tres plazas y los otros dos, cuatro.
La segunda vía de clasificación es la fase regional que comienza con una serie de torneos previos (trece para ser exactos) que se celebraron el pasado día 23 de junio en diversas regiones de las islas Británicas e Irlanda. De estos eventos salen los jugadores que participan en las cuatro finales regionales que dan acceso al Open Británico.
A estas previas pueden apuntarse tanto profesionales como amateurs con un hándicap scratch o mejor. El precio de la inscripción ronda las 130 libras (165 euros) y pueden participar jugadores de cualquier país. No todas las previas locales otorgan las mismas plazas. Este año siete sedes han repartido doce plazas para la final regional (en Little Aston, la más concurrida, lucharon por ellas 126 jugadores) y en el campo menos “generoso” se repartieron cuatro (fue en The Island, que solo contó con 50 participantes).
Los clasificados para las finales de la fase local compiten en cuatro zonas distintas de las islas Británicas. En esta edición se disputaron el 1 y 2 de julio en los campos de Gailes Links, Hillside, Sunningdale New and Woburn. A estos campeonatos pueden acceder de forma directa y ahorrándose la fase previa algunos profesionales con puntos en el Ranking Mundial y amateurs con buenas participaciones en torneos importantes. De esta última fase salen doce jugadores con billete al Abierto Británico. Este año diez de esos jugadores fueron hombres de las islas Británicas, acompañados por dos jugadores internacionales: el surcoreano Byeong Hun An (clasificado en Sunningdale New) y el sueco Oscar Floren (clasificado en Hillside).
Como es lógico, y como suele suceder en el US Open, las clasificaciones abiertas suelen generar interesantes historias de superación personal como la del inglés John Singleton, operario de una fábrica de resinas que ha jugado esta edición del Open Championship e incluso se ha despedido del torneo firmando tres birdies en los cuatro hoyos de la segunda vuelta para cerrar una actuación más que digna (ha finalizado octogésimo noveno, a dos golpes del corte, superando con sus 70 golpes finales a un buen número de jugadores… Tiger entre ellos). Tras unos años jugando en una universidad estadounidense, Singleton decidió abandonar el golf debido a una grave lesión de rodilla, lo que lo llevó a trabajar en una fábrica de resinas de Liverpool. Sin embargo, una vez recuperado ha decidido compaginar su actividad habitual con el golf, y de momento ha logrado el mayor hito de su carrera.
Singleton ha podido satisfacer el deseo que compartían los muchos inscritos que se quedaron en las distintas fases clasificatorias del Open Británico y se ha convertido en la personificación de un ideal. Sin duda, su historia animará a más de un jugador a desembolsar con gusto esas 130 libras de la inscripción para luchar por su sueño.
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