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Le Golf National se ensaña con los españoles

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Redacción | 06 de julio de 2012

Mala segunda vuelta para los españoles en un Alstom Open de France que se ha visto sacudido por el viento e interrumpido durante 80 minutos por la amenaza que suponía la tormenta eléctrica que se cernía sobre el complejo de Le Golf National, sede de la Ryder 2018 y escenario de numerosos triunfos españoles en el pasado.

Ha habido poco que añadir al esperanzador comienzo del jueves de Gonzalo Fernández-Castaño. José María Olazábal, timonel del equipo europeo de la Ryder Cup, ha sido el único de los nuestros capaz de bajar del par en esta peliaguda jornada y el golpe que ha conseguido arañarle al recorrido después de 18 hoyos de mucho oficio y muy buen juego le ha permitido ascender 53 puestos en la clasificación y compartir con +1 la trigésima plaza con Fernández-Castaño (+5 hoy), maltratado por el viento, la lluvia y el campo, y en continua brega para recuperarse desde posiciones complicadas.

También superan el corte Pablo Larrazábal y Rafael Cabrera-Bello pese a su +3 del día (ambos son cuadragésimo séptimos con +2 en el acumulado), y la dupla compuesta por Nacho Garrido y Carlos del Moral (quincuagésimo novenos con +3).

La lista de damnificados es amplia y las tarjetas, abultadas: Cañizares, Lara, Campillo, Quirós, Otaegui, Martún y Jiménez se van del abierto francés con el zurrón lleno de golpes, después de sufrir los rigores de la meteorología parisina.

En cabeza, el aguerrido Marcel Siem, que ha aprovechado las mejores condiciones de la tarde para obtener un golpe de ventaja sobre el sueco Alexander Noren (que ya ganó en condiciones difíciles el año pasado en Gales y Suecia) y dos con respecto al danés Anders Hansen y George Coetzee. Junto a Francesco Molinari, han sido los únicos capaces de jugarle de tú a tú al recorrido francés en esta segunda vuelta (-4 Noren, -3 los demás), y de ahí que acaparen la zona alta de la tabla.

Por detrás, Thomas Levet, campeón defensor, también se quedaba por el camino, Ian Poulter luchaba para acabar bajo el par (aunque no tenía empacho en criticar abiertamente la preparación del campo) y Westwood cedía terreno después de sufrir en la segunda mitad de la vuelta.