Ha pasado ya tiempo, quizá demasiado, desde que Lexi Thompson consiguiera su última victoria en el LPGA Tour. En el caso de cualquier otra jugadora sería aceptable competir con acierto desde el 2011, sumar top 10 como quien acude cada mañana a trabajar y provocarse opciones de triunfar los domingos; es un camino honesto hacia la victoria. Pero estamos hablando del talento descomunal de una chica –aunque no los aparente– de dieciocho primaveras, capaz de dejar boquiabierto al mundo cuando, con solo dieciséis, finalizó en lo más alto tanto en Estados Unidos como en Europa.
Esa ventaja que se la intuye frente al resto de jugadoras tenía que volver a surgir en algún momento y parece estar muy cerca de liberarse en el Sime Darby LPGA Classic, que se está disputando en el Kuala Lumpur Golf & Country Club (Malasia). Si ayer la estadounidense fue capaz de entregar una tarjeta con 63 golpes (menos ocho), hoy ha respondido con 66, alcanzando un acumulado de menos diecisiete en la clasificación.
Las razones que han llevado a Lexi a este lugar se basan en la habitual solidez que muestra en sus mejores semanas, pero que en esta ha encontrado un particular filón a la hora de coger un green tras otro. Si ayer fueron diecisiete hoy han sido quince, obligándole a recuperar en muy pocas ocasiones a lo largo del día. Ya son tres impactos la ventaja que sostiene sobre Ilhee Lee, que no pudo pasar del 70 (menos uno) en este tercer día de competición. Suzann Pettersen y Shanshan Feng son terceras, pero su menos once actual está a un abismo de la nueva líder.
Beatriz Recari sigue siendo la mejor española en Malasia. La navarra firmó una tarjeta con 70 golpes y ya es decimotercera con menos seis, a dos de meterse de lleno en el top 10. Mañana tendrá ese reto por delante, al igual que Azahara Muñoz, que volvió a jugar bajo par (69) y ascendió hasta la vigésimo segunda plaza (menos cuatro). Carlota Ciganda es trigésimo primera con menos dos.
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