Hace unos días se presentaba en Antequera Golf el libro “El green”, editado conjuntamente por la Real Federación Española de Golf, la Asociación Española de Greenkeepers y la Real Federación Andaluza de Golf, y escrito por varios de los mayores expertos en agronomía de nuestro país. He tenido la suerte de poder leerlo durante la última semana y, en mi opinión, el resultado es simplemente excepcional.
Cierto es que se trata de un volumen muy técnico y que seguramente cuesta seguirlo si no dispones de conocimientos previos sobre la materia, pero está claro que es un libro dirigido específicamente a profesionales del sector, posiblemente uno de los trabajos más completos que se pueden encontrar en castellano en cuestión de agronomía orientada al mantenimiento de una zona tan compleja y delicada de los campos de golf como es el green.
Es sabido que en este sector predomina la bibliografía anglosajona (británicos y estadounidenses dedican mucho tiempo, personal y recursos económicos a la investigación en agronomía específica) por lo que seguro que muchos hispanoparlantes de uno y otro lado del charco agradecerán la aparición de esta pequeña biblia (realmente no tan pequeña, son 400 interesantísimas páginas), seguramente el libro de referencia en los próximos años en los que a los greens de golf se refiere.
Los diferentes capítulos especializados en un aspecto concreto del green (diseño, construcción, siega, riego, fertilización, gestión ambiental, etc.) se desarrollan de una manera accesible pero rigurosa, conteniendo todos ellos una abrumadora cantidad de información que da una idea de las múltiples actividades, acciones, planificaciones y, en ocasiones, malabarismos presupuestarios que deben acometer los greenkeepers para tratar de alcanzar los elevados niveles de calidad exigidos por los jugadores de los campos españoles.
¿Os habéis parado a pensar en cómo se debe construir (de la nada) un elemento de, por ejemplo, unos quinientos metros cuadrados de superficie viva que además debe ser gestionada y mantenida de forma casi inalterada entre veinte y treinta años aguantando la agresión continua de jugadores y trabajadores, tacos y clavos, bolas y piques, maquinaria y productos de mantenimiento, además de las inclemencias meteorológicas?
Desde aquí mi reconocimiento a estos profesionales, en ocasiones denostados por el ignorante golfista medio que solo piensa en verde verde verde (casualmente suelen ser los que más se quejan y menos piques arreglan), pero cuya importante labor nos permite disfrutar de nuestro deporte en las mejores condiciones de cada momento.
Alejandro Rodríguez Nagy
Consultor Golf Sostenible
arn@cgolfsostenible.es
Twitter: @cgolfsostenible
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