La maquinaria sigue funcionando a pleno rendimiento. Yani Tseng ha conseguido este año nada menos que tres victorias en cinco torneos y, dada la frecuencia y la facilidad con la que aparentemente lo consigue, ha dejado de ser noticia. En el deporte en el que es imposible ganar siempre, ha conseguido que la novedad y lo que verdaderamente llame la atención de los medios sean sus derrotas, es decir, cuando en su caso termina entre las diez primeras o incluso en segunda posición.
Puede que no seamos conscientes del fenómeno ante el que nos encontramos. Tiger Woods ganó su decimoquinto título del PGA Tour con 23 años, 10 meses y 7 días. Yani lo ha conseguido a los 23 años, dos meses y dos días, y el tiempo corre a su favor. Hoy da comienzo el Kraft Nabisco Championship, el primer major de la temporada, y a Tseng sólo se le pasa una idea por la cabeza: ganar.
La superioridad frente al resto es más que evidente. “Ahora mismo Yani no tiene tanta competencia como puede que le gustara, por lo que tenemos que entrenar más duro para enfrentarnos a ella habitualmente. Ahora mismo nos está ganando con facilidad”, comentaba Morgan Pressel, campeona del Kraft Nabisco en el año 2007. “Tenemos que subir el nivel de nuestro juego”. Es exactamente lo que la ganadora necesitará: jugar mejor que Yani a su nivel habitual. El reto está ante las aspirantes y en este caso no existe un resultado ganador, ni un objetivo para cada ronda del torneo. Tal es el dominio que Tseng ha impuesto en el golf femenino que los requisitos y las condiciones para ganar los marca ella, y no las condiciones de juego.
Viendo sus estadísticas a lo largo del tiempo, es sorprendente ver cómo no ha destacado en ningún aspecto del juego en particular. Ocupa el puesto número 71 en distancia con el driver, el 117 en precisión desde el tee y desde el bunker tampoco se muestra excesivamente precisa, ocupando el puesto número 97 en recuperaciones. La clave de su juego le resume a la perfección Stacy Lewis, campeona defensora del primer major del año: “Parece que siempre mete un montón de putts y está pegando a la bola mucho más recta, cogiendo un montón de greenes. Y mentalmente es muy dura. Puede tener un mal día y sale al día siguiente a por todas, olvidándose del día anterior”.
Hay algo en Yani que recuerda al Tiger de hace unos años: su ambición desmesurada. Ambos parecen contar sus victorias recientes como hechos pasados y siguen buscando el combustible que les ayude a seguir ganando. Pregunta: “Cuando escuchas todos los elogios por tus últimas victorias, ¿qué sientes?” Respuesta: “Suenan bastante bien. Estoy trabajando muy duro y esos objetivos cumplidos son el resultado al trabajo bien hecho”.
Cuatro españolas competirán esta semana en el Mission Hills Country Club: Belén Mozo, María Hernández, Beatriz Recari y Azahara Muñoz. Ninguna de ellas, con Yani en el campo, habla de una posible victoria. Su objetivo es seguir creciendo dentro del circuito y respondiendo mejor en cada torneo. Para ellas, el Kraft Nabisco supondrá una prueba decisiva para comprobar en qué nivel se encuentran realmente y cuánto camino les falta por recorrer. Mientras tanto, ayer se anunció la próxima capitana europea para la próxima Solheim Cup: Liselotte Neumann, y ya ha anunciado que no piensa faltar a las grandes citas para observar a sus futuras jugadoras, empezando por esta semana.
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