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Zona Pro

Lo que una coleta, un habano y una copa de Rioja esconden

Alfonso Martínez | 20 de mayo de 2014

Jiménez, durante la última vuelta del Open de España (foto de Jorge Andreu)

Instantes después de que un triunfante Miguel Ángel Jiménez posara habano en mano con el trofeo que lo acredita como ganador del Open de España de golf, llegaban desde la red social de los ciento cuarenta caracteres una serie de tweets donde se censuraba una estampa ya clásica en las celebraciones de este deportista que hace de su particular imagen una señal de identidad y un canto a una filosofía de vida que a sus cincuenta años sigue dándole frutos.

En concreto, permítanme que reproduzca el mensaje de un usuario que cuenta con miles de seguidores pero del que mantendré en anonimato, y que dice así:

“Las celebraciones del golfista M.A. Jiménez con un puro proyectan #valores que poco tienen que ver con el #deporte”.

Tuit sobre las celebraciones de Miguel Ángel Jimenez

 

No seré yo quien obvie los efectos que este invento de nicotina, alquitrán y centenares de componentes de finalidad adictiva produce sobre el organismo activo y pasivo que lo consume. Neoplasias, broncopatías obstructivas, factor mayor de riesgo cardiovascular y procoagulante, intolerancia a la glucosa (estado de “prediabetes”), osteporosis, opacidad del cristalino (catarata), impotencia, teratogenia, síndrome de abstinencia… son solo un extracto de las consecuencias derivadas de la exposición prolongada a este producto otrora símbolo de libertad, emancipación, madurez y despertar sexual.

Que nadie espere mi crítica a las positivas consecuencias que la Ley Antitabaco aprobada por el anterior gobierno de la nación ha traído sobre una sociedad donde ya es posible respirar sin humos en ambientes cerrados y organismos públicos y donde se protege la exposición social al tabaco de un segmento de la población especialmente vulnerable.

Sin embargo, y he aquí el objetivo de este artículo, me parece absolutamente sacado de contexto y de unos argumentos que se encuentran en la falacia, el comentario anteriormente citado. Porque si por algo se caracteriza el bueno de Miguel Ángel Jiménez es por cuidarse y muy mucho de encender o de enseñar el más fino de los cigarrillos mientras disputa una ronda de competición oficial escoltado por las habituales cámaras de televisión del Circuito Europeo o los objetivos de los fotógrafos de la prensa especializada.

Nadie puede reprocharle que él decida fumar durante el período de calentamiento o en la sobremesa posterior a la entrega de la tarjeta. Ambas situaciones pertenecen a su más estricta intimidad, y no deberían ser sometidas al ojo censor de una sociedad que por momentos parecería pecar de excesivo celo.

Detrás de una forma de aspecto relajado, coleta y reconocida pasión por una buena mesa, una copa de vino y un mejor habano, se encuentra un fondo de disciplina de entrenamiento, madrugadas de gimnasio y una elasticidad que para sí quisiera más de un portero de la Liga BBVA española. No cometamos el error de quedarnos en la superficie de una imagen descontextualizada y no rascar en la profundidad de una dilatada e intachable carrera profesional.

Para terminar, sirva esta réplica para otros casos de etílica y ahumada celebración como las que podemos encontrar en cualquier evento futbolístico o baloncestístico que se precie. Otro día, si les parece, hablamos de los valores que proyecta un deporte profesional donde se intenta justificar el dopaje a través de la adulteración de un filete de vacuno o de una patología asmática, de prevalencia inusitada en determinados subgrupos de jugadores.

Alfonso Martínez (@AlfonsoMtnez)

4 comentarios a “Lo que una coleta, un habano y una copa de Rioja esconden”

  1. El 20 de mayo de 2014 @JorgeTwittour ha dicho:

    Felicidades por el artículo a Alfonso Martínez. De una manera educada, informada, precisa y concisa a la par has podido desmontar ese tuit (y algún otro que me he permitido contestar y que ya han borrado).
    Eso si, he buscado y como el que busca, halla, te he de decir que 1.466 followers para un periodista, tampoco son tantos 😉
    1 saludo,
    Jorge

  2. El 20 de mayo de 2014 munchigolf ha dicho:

    El autor es José Luis Rojas (@rojastorrijos), ya que el autor del artículo quiere mostrarlo en el anonimato lo pongo yo, ya que supongo a los lectores les habrá picado la curiosidad, como a mi.

    Y lo hago porque hasta donde yo sé, Twitter es una red social pública, y este señor tiene un perfil público, que supone que cada tweet o mensaje que el sube a la rezd es una opinión que el quiere mostrar y llevar a los demás usuarios de la red, a todo el mundo.

    @munchigolf

  3. El 20 de mayo de 2014 Alfonso Martinez ha dicho:

    Como he dicho en twitter, hay algunos que parecen no distinguir la faceta privada de la pública de un deportista. El propio Circuito Europeo es muy estricto en este aspecto, y desde hace años «invita» a sus jugadores a no fumar durante la competición oficial (se podrían recordar los casos de majoristas como Ángel Cabrera y Darren Clarke… siempre pegados a un cigarrillo entre golpe y golpe, por citar dos ejemplos).

    Me alegro que os haya gustado el artículo!

    Un saludo

    @AlfonsoMtnez

  4. El 21 de mayo de 2014 Manuel Sanchez ha dicho:

    Gran artículo. Me parece increíble lo que hacen algunos por intentar acabar con el éxito de un gran profesional como Miguel Angel. Ignorar este tipo de comentarios es lo mejor que se puede hacer, no darle publicidad.

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