Nota previa. Puede que haya lectores que encuentren objetables algunos de los datos que se dan a continuación. No les faltará razón. Bucear en los primeros años del US Open es una tarea ardua y a veces frustrante. Los datos escasean y en no pocas ocasiones hay discrepancias entre las distintas fuentes consultadas. En tales casos se ha elegido el dato proporcionado por la USGA. Cuando la USGA no lo ofrecía se ha optado por acudir a los periódicos de la época, a distintas webs sobre historia del golf y al monumental libro de Morgan Brenner “The Majors of Golf”. Curiosamente los primeros años del US Amateur parecen estar mejor documentados en comparación con el US Open, reflejo sin duda de la importancia relativa de uno y otro torneo en aquellos años.
Basta echar una rápida ojeada a la lista de ganadores del US Open para que el dominio del golf americano resulte evidente. Las victorias norteamericanas en las últimas 94 ediciones del torneo se suceden en largas rachas interrumpidas ocasionalmente por alguna victoria foránea. Solo en las últimas diez ediciones parece haberse roto ese dominio, gracias fundamentalmente a las victorias de jugadores del hemisferio sur.
El US Open es un torneo que no se le da bien a los jugadores europeos y ni siquiera los más grandes de Europa, como Seve, Faldo o Woosnam, pudieron ganarlo. Hay que remontarse 40 años para encontrar la victoria de Tony Jacklin, la última europea antes del triunfo de Graeme McDowell el año pasado en Pebble Beach, y otros 45 para hallar la anterior. Sin embargo, no siempre fue así. De hecho, los jugadores británicos dominaron de forma apabullante las primeras 16 ediciones del US Open.
La ausencia de ganadores americanos en los primeros años del US Open tiene una explicación sencilla. Aunque los inicios del golf americano datan de mitad del siglo XIX, en su historia hay un periodo de cerca de 80 años de virtual desaparición, que finaliza en las dos últimas décadas del siglo XIX gracias al ímpetu de los clubes de Oakhurst y Yonkers. A partir de entonces, el golf americano experimenta un crecimiento exponencial sin precedentes, pero hacían falta años para que surgieran jugadores que hubieran vivido desde niños ese ambiente. De hecho, Los primeros ganadores americanos del US Open como John McDermott, Francis Ouimet, Walter Hagen o Jerome Travers habían nacido precisamente en las dos últimas décadas del siglo XIX.
Durante los primeros años el US Open solo era un torneo comparsa del US Amateur, prueba que gozaba de verdadero prestigio y reconocimiento. Hasta bien entrado el siglo XX los profesionales eran jugadores de segunda y poco más que asalariados al servicio de su club, al que se debían y al que representaban, y de ahí que en sus primeras ediciones el US Open no fuera más que un torneo adjunto al US Amateur con el que compartía sede. Por ello su desarrollo se veía supeditado a las necesidades y reglas de los clubes en que se disputaba. Buena prueba de ello es que en las ediciones de 1901, 1903 y 1910, que acabaron el sábado en empate, se tuviera que esperar hasta el lunes para disputar el desempate puesto que los domingos el juego estaba reservado exclusivamente para los socios.
Horace Rawlins (en primer plano), ganador del primer US Open, posa con Willie Anderson (vencedor en cuatro ocasiones) y Alex Smith (campeón de la edición de 1906)
Los jugadores, por su parte, tampoco ayudaban a mejorar la imagen que se tenía de ellos y un ejemplo extremo es el de Frederick Herd, ganador del US Open de 1898 y hermano de Sandy Herd, ganador a su vez del Open Championship de 1902. Fred Herd era bebedor y jugador contumaz, aficiones que llegaron a oídos de la USGA y que hicieron que esta organización le impusiera una fianza para proteger el trofeo que había conquistado. La USGA temía que pudiera perderlo para financiar sus vicios.
Si tomamos como referencia las cifras actuales del US Open, con un plantel de 156 jugadores después de innumerables rondas previas, la participación de los primeros US Open resulta ridícula. El campeonato de 1895 lo disputaron solo 14 jugadores, cifra que se duplicó en los dos siguientes y siguió creciendo hasta estabilizarse en torno a 80 en las convocatorias finales de las primeras 16 ediciones, mientras que la participación más alta se registró en 1903 con 94 jugadores. Sin embargo, el contraste no es tal si elegimos como baremo los datos del Open Championship, en cuya primera edición participaron tan solo 8 jugadores y que no alcanzó los 80 jugadores hasta la trigesimoprimera edición disputada en el Old Course en 1891, señal de que el golf se desarrollaba con rapidez en Estados Unidos.
Con un par de excepciones, ningún gran jugador del Viejo Continente acudió a disputar el US Open en sus primeras ediciones, de forma que el elenco de participantes se componía de profesionales ingleses y escoceses que habían emigrado a Estados Unidos para hacer fortuna con la explosión del golf de las últimas dos décadas del siglo XIX. La ausencia de los grandes jugadores europeos se justificaba dada la juventud del US Open, torneo de nula tradición y escasa trascendencia, a lo que había que sumar el largo y costoso desplazamiento transatlántico.
La primera de esas excepciones fue Willie Park Jr., ganador del Open Championship en 1887 y 1889, que iba a ser de la partida del US Open de 1896 pero que no llegó a disputarlo porque su barco llegó a Nueva York un día después de acabado el torneo. Su ausencia hizo posible la victoria de un improbable James Foulis. La otra excepción fue la del US Open de 1900.
El Chicago Golf Club acogió en 1900 el primer US Open con un plantel estelar, aunque fuera de forma casi casual, debido a la participación de Harry Vardon y John Henry Taylor, dos de los componentes del Gran Triunvirato que dominó el golf europeo durante 20 años. Ninguno de los dos tenía como motivo principal de su estancia en América participar en el US Open: Vardon se encontraba de gira por Estados Unidos para promocionar la bola de gutapercha Vardon Flyer de la firma Spalding y Taylor estaba en un viaje de negocios.
Aprovechando su estancia en tierra americana ambos participaron en el US Open y, tal cual ocurría en Europa, dominaron el torneo de principio a fin. Vardon ganó por dos golpes de ventaja a Taylor, protagonizando a su vez una de las más conocidas anécdotas del US Open. En el último hoyo del torneo, con tres golpes de ventaja y con la bola solo para empujarla, Vardon se marcó un atmosférico que pasó a los anales del golf. A pesar del relativo patinazo, el público celebró al campeón con la canción tradicional escocesa “Auld Lang Syne”. Ninguno de los dos volvió a disputar el US Open hasta 1913.
La relativa escasez de jugadores autóctonos hizo que la nómina de golfistas tendiera a la endogamia, de forma que en las once primeras ediciones siempre hubo algún participante de los 14 originales de Newport. Horace Rawlins, ganador de la primera edición, tenía previsto participar en la duodécima pero el desplazamiento hasta Illinois le resultaba demasiado caro, de forma que el US Open disputado en The Onwentsia fue el primero sin ninguno de esos 14 pioneros.
El US Open comenzó disputándose a 36 hoyos que se jugaban en un solo día, pero a partir de la cuarta edición se alargó a 72 hoyos en dos días imitando al Open Championship que había adoptado ese formato en 1892. No fue esa la única idea tomada del Open Championship, ya que a partir de la edición de 1904 se estableció un corte que dejaba fuera de la competición a todos aquellos que estuvieran a más de 15 golpes del décimo clasificado, tal cual se hacía en las Islas Británicas desde 1898. Ese primer corte del US Open dejó fuera a 18 jugadores.
Once clubes fueron sede de las primeras 16 ediciones del US Open: Newport G. C., Shinnecock Hills, Chicago G. C., Myopia Hunt Club, Baltimore C. C., Garden City G. C., Baltusrol G. C., Glen View Club Golf, The Onwentsia Club, Philadelphia Cricket Club y Englewood G. C.. Todos ellos estaban radicados en Nueva Inglaterra salvo Glenview, Chicago y The Onwentsia, que estaban en Illinois. Tres de esos once clubes, Newport Golf Club, Shinnecock Hills y Chicago Golf Club, habían sido de los cinco miembros fundadores de la Amateur Golf Association of the United States, antecedente inmediato de la USGA, y fueron los tres primeros en organizar el US Open por ese mismo orden. En la designación de Chicago Golf Club debió de pesar mucho su papel fundador y la figura de C. B. Macdonald, a la sazón vicepresidente de la Amateur Golf Association of the United States y gran impulsor de la misma, ganador del primer US Amateur oficial y diseñador del campo del Club de Golf de Chicago en Wheaton. Fue una decisión arriesgada que causó cierta inquietud porque se temía que lo gravoso del desplazamiento desde la costa este espantara a los jugadores. El resultado, sin embargo, fue bien distinto: de los 35 participantes del US Open de 1897, 14 venían de la costa este, entre ellos el ganador y el segundo.
Resulta llamativo que ninguno de esos campos fuera elegido como sede del US Open pasada la Primera Guerra Mundial. Es cierto que Baltusrol y Shinnecock Hills han sido sede del US Open en varias ocasiones pasados esos años, pero los campos utilizados en estos lugares no fueron los mismos. En Baltusrol se construyeron dos nuevos campos (Upper y Lower) en 1922 bajo la supervisión de A. W. Tillinghast que a su vez fueron remodelados por Trent Jones Sr. y Reese Jones en 1952 y 1992. Por su parte Shinnecock Hills se remodeló en 1937 por William Flynn, que extendió el campo hasta las 6.740 yardas manteniendo cinco de los hoyos de la previa reforma de C. B. Macdonald y Seth Raynor. Antes de estas reformas Shinnecock Hills tan solo medía 4423 yardas, lo que le convierte en el campo de 18 hoyos más corto en el que se haya disputado un US Open. Esas poco más de 4400 yardas palidecen al lado de las monstruosas 7643 de Torrey Pines en 2008. Por ir un poco más allá: el US Open celebrado en Shinnecock Hills se jugó a 36 hoyos y el ganador hizo 152 golpes. En 2008, en un campo de algo menos del doble de longitud, el líder tras el segundo día había hecho 139 golpes.
Willie Anderson era un escocés originario de North Berwick que había emigrado a Estados Unidos junto con su padre y su hermano en 1896. Debutó en el US Open en la edición de 1897 celebrada en Chicago en la que tuvo el triunfo en sus manos hasta que un espectacular último hoyo de Joe Lloyd le privó de la victoria. El 18 de Chicago era un hoyo de 461 yardas que Lloyd completó en tres golpes. Para los estándares actuales ese resultado sería un birdie cuando no un eagle, pero la USGA no introdujo el concepto de par hasta 1911, dando hasta entonces solo el número de golpes totales, por lo que no podemos estar seguros del “apodo” del resultado de Lloyd.
Cuentan que acabado el campeonato Anderson se limitó a decir “otra vez será”. Volvió a rozar el triunfo en las dos siguientes ediciones quedando segundo y quinto, para terminar consiguiendo su primera victoria en 1901 al derrotar en play-off a Alex Smith por un golpe. En 1903 se convirtió en el primer jugador en repetir victoria, de nuevo en play-off ante David Brown. Anderson consiguió además ganar las ediciones de 1904 y 1905, lo que le convierte en el primer jugador que conseguía defender el título, en uno de los cuatro que han ganado cuatro US Open junto a Bobby Jones, Ben Hogan y Jack Nicklaus, y en el único que ha sido capaz de ganar tres campeonatos seguidos.
John Shippen era hijo de un predicador presbiteriano destinado en la reserva de indios Shinnecock en Nueva York. Aprendió a jugar al golf en el club de Shinnecock Hills de la mano de Willie Dunn, diseñador y profesional del campo, donde ejercía como caddie y profesor asistente. Su habilidad en el juego hizo que los miembros del club costearan la inscripción de Shippen en el segundo US Open con tan solo 16 años, pero se encontraron un problema: John Shippen era negro.
Los profesionales se negaron a que Shippen y Oscar Bunn, un indio Shinnecock, jugaran el US Open amenazando con no competir. El presidente de la USGA Theodore Havemeyer zanjó el asunto de forma tajante: “El torneo se disputará sin importar cuántos jugadores aparezcan”. Shippen compartió primera ronda con C. B. Macdonald, acabando empatado en el segundo puesto a dos golpes del primero. En la segunda ronda se mantuvo en liza hasta el hoyo 13, en el que mandó su bola a un camino de tierra terminando con un 11. Ese resultado le apartó de la lucha por la victoria y terminó sexto a siete golpes del ganador. Por el contrario Oscar Bunn nunca llegó a estar en disposición de ganar el torneo y acabó vigésimo primero.
Shippen compitió en cuatro US Open más y en 1902 consiguió mejorar su debut con un quinto puesto en Garden City. Después del US Open de 1913 abandonó la competición y trabajó como clubmaker y como profesional en distintos clubes hasta su muerte en 1968. Sin embargo los prejuicios raciales le persiguieron toda su vida. Nunca fue admitido en la PGA por una la directiva de “solo blancos” vigente en sus estatutos desde 1934 hasta 1961. Finalmente, en 2009 la PGA concedió a John Shippen título de miembro honorario a título póstumo.
La undécima edición del US Open, disputada en Myopia en 1905 merece ser recordada por dos motivos. En primer lugar fue la cuarta victoria (tercera consecutiva) de Willie Anderson y, en segundo, sirvió para que se establecieran las bases de lo que sería la PGA.
La noche antes de iniciarse el campeonato, gran parte de los participantes y otros 80 profesionales mantuvieron una reunión en The Pine Tree Tavern en South Hamilton (Massachusetts) en la que acordaron formar una asociación que protegiera los intereses de los profesionales del golf en Estados Unidos. La PGA como tal necesito 11 años e infinidad de reuniones para fundarse, pero en esa reunión los profesionales dejaron constancia de la necesidad de asociarse. George Sargent, ganador del US Open de 1909, fue de los primeros en inscribirse una vez fundada en 1916. Fue vicepresidente en los primeros años, presidente de la sección noroeste a continuación y finalmente presidente entre 1921 y 1926.
Resulta difícil poner en perspectiva los resultados que consiguieron esos primeros jugadores en el US Open. Vistos desde nuestros días, los más de 300 golpes con los que se ganaron las primeras ediciones parecen desmesurados, pero hay que tener en cuenta el formato de la competición (cuatro rondas en dos días), el estado de los campos (que distaba mucho de lo que nos encontramos hoy) y que eran jugadores con escasa formación técnica, las más de las veces autodidactas y que usaban un material extraordinariamente primitivo.
La abrupta reducción de los golpes que se produce en los primeros quince años se debe fundamentalmente a la introducción de bolas de mejor calidad y más avanzadas tecnológicamente. La bola de gutapercha gana su primer US Open en 1898 y el año siguiente se consigue hacer por primera vez tres rondas por debajo de los 80 golpes también con una bola de gutapercha (77-82-79-77). Esas cuatro rondas le valen a Willie Smith, el ganador de ese año, para establecer en 11 golpes el récord de ventaja con respecto al segundo clasificado, récord que duraría 101 años hasta que cierto extraterrestre pasó por Pebble Beach en el año 2000.
La verdadera reducción de los resultados llega a partir de 1902 con la irrupción de la bola Haskell, cuyo diseño de cubierta en forma de mora había desarrollado James Foulis, ganador del US Open en 1896. El año 1902 es el primero en el que no hay ningún jugador que no haya hecho al menos una ronda por debajo de 80 golpes y el primero en que el ganador conquista el título haciendo las cuatro rondas por debajo de los 80. Siete años después, David Hunter se convierte en el primer jugador en romper la barrera de los 70 golpes en un US Open, haciendo un 68 en la primera vuelta. Ese mismo año se bate el record global de anotación con los 290 golpes de George Sargent.
A modo de resumen podemos decir que en los primeros 10 años se reduce el resultado del ganador en unos 30 golpes aproximadamente, para estabilizarse un largo periodo en torno a los 290. Solo es a partir de la década de los cuarenta cuando el resultado del ganador comienza a estabilizarse alrededor de los 280 golpes.
El final de los años británicos del US Open llega en 1911 con la victoria de un chaval de apenas 19 años, nacido en 1891 en Filadelfia llamado John McDermott, que además es capaz de defender el título en la siguiente edición. La posterior victoria de Francis Ouimet asienta profundamente las raices del triunfo en tierras americanas, y toma cuerpo con la llegada de la personalidad arrolladora de Walter Hagen. Aunque el puñado de victorias europeas en los años veinte parecía anunciar un retorno a los viejos tiempos, no fueron más que un espejismo que dieron paso un abrumador dominio americano durante el resto del siglo XX.
1 comentario a “Los años británicos del US Open (1895-1910)”
Esto sí que es una lectura a recomendar! 🙂
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