Desde que la media de distancia con el driver de los mejores jugadores del mundo se incrementó en prácticamente treinta yardas durante la última década, el mundo del golf ha comenzado a contemplar el momento en el que tomar medidas. Existen varios problemas con este fenómeno, provocado por los recientes adelantos tecnológicos. En primer lugar, están los campos clásicos (con el Old Course de St. Andrews a la cabeza), obligados a reformarse e incluso a ampliarse para mantenerse competitivos; en segundo, se sitúa el coste mantener una propiedad más grande que la anterior; mientras que en el tercero están los aficionados, que cada día practican un deporte más largo y, consecuentemente, más lento.
¿Es tan difícil hacer que la bola vuele menos? La respuesta la ha dado ya el vicepresidente de investigación y desarrollo de Srixon, John Rae: “Sería muy sencillo reducir la distancia media con el driver en unas 25 yardas. Las dos formas más sencillas serían cambiar la forma en que los hoyuelos están distribuidos en la bola o la restitución (la elasticidad) del núcleo”. El fundador de PING, Karsten Solheim, también apostó por esta idea en su momento y fue apoyado por muchos de los mejores jugadores de la historia. He aquí algunos de sus comentarios a este respecto:
Seve Ballesteros, al ser preguntado por los drives de Bubba Watson en su temporada rookie en el PGA Tour: “Me demuestra que si seguimos así, los campos terminarán midiendo más de diez mil yardas (más de nueve mil metros). Sería una buena idea cambiar algunas reglas. Fabricar las bolas más grandes sería una opción o poner menos hoyuelos en la bola para igualar más las cosas”.
Ben Crenshaw: “Hay muchas personas, entre las que me incluyo, que creen que es hora de parar los avances tecnológicos en el golf. De hecho, puede que hayamos llegado demasiado lejos”.
Ernie Els: “No estoy totalmente en contra de la tecnología pero necesitan poner reglas en cuanto a las bolas… Quizá incluso los organizadores deberían considerar traer de vuelta las cabezas de madera”.
Tony Jacklin: “Los profesionales ya han dado un salto de gigante en las distancias que alcanzan con la bola. Pero mientras el golf se beneficia de toda esta tecnología, los campos tradicionales, especialmente en Inglaterra, están quedando obsoletos porque no tienen la posibilidad de ampliarse”.
Jack Nicklaus: “Os lo prometo, es muy sencillo reducir la distancia de las bolas un diez por ciento y mantener sus mismas características. No es tan importante. Si la bola vuela menos, no tenemos que salir cada año y tener la misma conversación: ‘¿Qué le hacemos al Augusta National para que aguante las nuevas bolas?’”.
Arnold Palmer. “Es lo que más me gustaría ver que sucede (reducir la distancia de las bolas actuales)”.
Lee Trevino: “No veremos más swings peculiares, ya que la potencia lo es todo”.
Tiger Woods: “Habrá que llegar a un punto en el que paremos, porque no podemos jugar en Merion. Si tienen que cambiar St. Andrews para adaptarse a nosotros significa que las cosas están cambiando”.
La pregunta, después de conocer las opiniones más autorizadas que existen en este deporte, es: ¿por qué no regular ya la distancia a la que vuelan las bolas actuales? Puede que todos los aficionados no estén dispuestos, que la R&A y la USGA hayan tenido bastante con la nueva regla sobre los putters que se anclan al cuerpo o que los fabricantes no estén preparados para dar todavía un salto de estas características. Los campos, mientras tanto, se van quedando cortos.
5 comentarios a “Los campos empiezan a no soportar al golf”
Con todos los respetos de antemano y desde mi ignorancia, pero me cuesta entender las opiniones y articulos, viendo estadisticas de driver del europeantour, se puede apreciar que anualmente se ha ganado 15 yardas en 15 años, creo que es un poco exagerado que los campos vayan a quedarse pequeños, de hecho es verdad, pero a que ritmo? en diez años jugamos un palo menos, lo que si que estoy totalmente deacuerdo es que con los palos de madera colocabamos un drive de cada cinco en su sitio.
Felicidades por cronica
Hola Albert,
En el PGA Tour, que cuentan con la posibilidad de medir mejor las estadísticas, la media con el driver entre el año 2002 y el 2011 aumentó en algo más de 17 yardas. Eso es solo la media, por lo que puede que Bubba Watson (el más pegador) aumentara casi en 30 yardas sus drives (a más velocidad de swing, mayor el aumento). Lo que da miedo no es ese dato, sino la progresión, que todavía no ha parado. En muchos campos de golf hay pares 4 de menos de 400 metros y si los profesionales llegan pegando bombas de 300, el diseño original se pierde. No valen de nada los bunkers que se pusieron a lo largo del hoyo, ni los doglegs o las zonas más estrechas de calle.
Los datos no son para echarse a temblar, pero la progresión sí. Es a eso a lo que se refieren todos. Gracias por el comentario!!
Creo que los amateurs no tenemos ese problema en general. De hecho si obligaran a los profesionales a jugar un tipo de bola específico, con menor vuelo, se solucionaría el problema e incluso se podría usar un único tee de salida tanto para profesionales como amateurs. No habría que alargar los campos y se reduciría su mantenimiento.
Lo que sucede es que las compañias de bolas no están dispuestas porque la mejor publicidad que tienen son los profesionales, y si jugasemos bolas diferentes adios a la promoción.
[…] Lee aquí el artículo completo 2013-10-29 Alejandro […]
Está claro que hay que tomar medidas con respecto a la bola moderna en los circuitos profesionales , pero ¿ que pasaría con el 55% de amateurs que no alcanzan los 200 metros de Drive ni con la bola actual ? .
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