Valhalla será testigo del último grande de la temporada con la celebración del PGA Championship a partir de este jueves y con cinco españoles preparados para cuatro días de dura competición. Vamos a dar un repaso al estado de forma del quinteto y a sus posibilidades de llegar al lunes como ganadores de un major.
El castellonense se encuentra, probablemente, en la mejor temporada de su vida y en un momento de forma excelente con números espectaculares: segundo en los tres últimos torneos que ha participado incluidos un major (Open Championship) y un WGC (Bridgestone Invitational), es el cuarto capturando greenes en regulación en el PGA Tour con un 70,11%, ha terminado dentro del top 10 ocho veces en tan solo doce torneos jugados esta temporada, es quinto en promedio de birdies con 4,1 por ronda y lo más impactante es tiene la mejor estadística de media de golpes por torneo con unos espectaculares 68,739 impactos por ronda.
Estos datos fríos coinciden con las sensaciones que transmite el de Borriol, que parece jugar cómodo en casi cualquier terreno y únicamente los greenes como el cristal y el trazado de Augusta le han sentado mal este año. A pesar de todo, la sensación que queda después de lo ocurrido en el Bridgestone es que Sergio no supo cerrar el triunfo y que McIlroy, siendo sin duda el mejor en las cuatro rondas, le aplicó lo que antes hicieron Nicklaus o Tiger a sus rivales: acosar e intimidar desde el inicio de la última vuelta y marcar territorio para que la presión les resultara insalvable, algo que terminó siendo clave en el torneo. Habrá que ver qué tal responde Sergio al golpe del fin de semana, aunque nada parece sugerir que el español tenga un bajón brutal en su juego. Así que, si las cosas siguen su cauce normal, podemos apostar por Sergio en el top 5 en un torneo en el que ya ha sido segundo en dos ocasiones
Hace aproximadamente cuatro meses, después de quedar cuarto en el Masters de Augusta, ganar en su primera aparición en el Champions Tour (circuito sénior de EE. UU.) e imponerse en el Open de España, todo ello de una tacada, Jiménez parecía una máquina engrasada al que le esperaban semanas de gloria y un puesto seguro en la Ryder Cup. A día de hoy, después de esa racha Jiménez solo ha firmado un top 10 y no ha pasado el corte en los dos majors posteriores al Masters.
A pesar de su octavo puesto en el Senior Open Championship, el juego de Jiménez no termina de arrancar y esta semana en el Bridgestone Invitational ha vuelto a sembrar dudas, sobre todo con las últimas dos vueltas que se le hicieron muy largas y terminó jugando sobre el par del campo. No obstante, a pesar de sus casi siete kilómetros de recorrido, Valhalla es un campo en donde el segundo golpe y el juego alrededor de green son clave, lo que permite a Jiménez pensar en conseguir un buen resultado y, sobre todo, intentar seguir luchando por entrar en el equipo de la Ryder.
El catalán tiene una calidad increíble, potencial para estar sin problemas entre los 30 mejores del mundo y una enorme motivación para afrontar cualquier desafío, por eso lo suyo este año es un misterio envuelto en un acertijo. A pesar de comenzar ganando en Abu Dhabi, pronto se empezó a ver lo que iba a ser la tónica durante la temporada: grandes vueltas compartidas con otras menos afortunadas que le dejaban sin triunfo o directamente fuera del corte.
El siguiente torneo al de Abu Dhabi, en Catar, Pablo se salía de la competición con una segunda vuelta de 76 golpes y dos meses después un 79 en Marruecos en la primera ronda le sacaba directamente del torneo. A partir de ahí un 77 en el Open de España y un 78 en el US Open le impiden pasar el corte, y en el BMW International, después de un 63 espectacular en la segunda ronda, el 72 del domingo le apartó definitivamente de la lucha por el triunfo.
Está claro que la clase tiene que aparecer y sabemos que las circunstancias cambian de un día para otro y en algún momento el catalán conseguirá cerrar todas las vueltas con números que le metan en la pelea. Sin embargo, sus dos últimos resultados (y la tendinitis que arrastra) no invitan al optimismo en este PGA Championship: entre el Open Championship y el WGC Bridgestone Pablo no ha bajado ni una ronda de los 70 golpes y ha firmado dos 77. La pregunta es si romperá esta maldición durante esta semana en Kentucky.
Seis top 10 acumula el canario en esta temporada, cuatro de ellos entre los cinco mejores con un segundo puesto en el BMW International Open de Alemania, pero la sensación es que podría haber sido un año bastante mejor del que lleva hasta ahora. Sin llegar a los números de Larrazábal, el canario también ha tenido fases de irregularidad que le han impedido alcanzar mejores puestos a lo largo de la temporada, pero su juego ha sido bastante más consistente.
Sin embargo, y a pesar de que no pasó el corte en el Open Championship (único de los majors en los que ha entrado esta temporada), el juego de Rafa en el resto de los grandes torneos en los que ha participado sí que invita al optimismo: terminó segundo en Alemania y decimosexto en Wenworth, vigésimo sexto en Irlanda y vigésimo séptimo en Escocia, y además el año pasado se fue con un gran vigésimo noveno puesto en el PGA Championship de Oak Hill. Está claro que jugando un torneo en donde se encuentran 99 de los 100 mejores jugadores del mundo hay que hacerlo bastante mejor de lo que ha hecho hasta ahora, pero ya sabemos que Rafa se crece ante los retos importantes.
El madrileño ha visto cómo su cuarto puesto en el RBC Canadian Open le liberaba de toda la presión metiéndole de lleno entre los 125 jugadores que mantienen el derecho a jugar un año más en el PGA Tour, todo ello después de una temporada durísima de adaptación al circuito americano con resultados pobres para lo que estaba acostumbrado al circuito europeo y con la soga de la pérdida de la tarjeta al cuello durante gran parte del año.
Aunque la liberación podría ser un revulsivo en su juego de cara al resto de temporada y, sobre todo, en este último major de la temporada, Gonzalo sufrió la semana pasada en Ohio y completó tres rondas por encima de los 70 golpes, con 79 incluido, que no despejan ninguna duda sobre su estado de forma. Sin embargo, para ser justos el sábado bordó el golf y entregó su mejor tarjeta en el Firestone Country Club, un resultado que habría lucido mucho más si no llega a ser por el contratiempo sufrido en el último hoyo. En cualquier caso, habrá que ver cómo se siente de cómodo en Valhalla y esperar que por fin el madrileño despliegue el potencial del que hasta ahora solo hemos visto muestras puntuales este año.
Grupos completos y horarios de salida de las dos primeras jornadas
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