Rory McIlroy tuvo los siguientes resultados en sus primeras cinco vueltas oficiales de 2014: veinticinco birdies, un eagle, dos dobles bogeys (uno de ellos por infringir las reglas tras un dropaje) y un solo bogey. Poco más se puede decir del nivel de juego que ha mostrado hasta ahora, confirmando una idea que se cocía a fuego lento desde el pasado octubre: ya había llegado. En cuanto su driver volvió a bombardear cada hoyo que disputaba, el norirlandés transformó la odisea que supuso el 2013 en un agradable paseo por el campo. 63 impactos firmó ayer en la primera jornada del Omega Dubai Desert Classic. En el segundo día de competición debía demostrar que estaba también listo para responder a un gran resultado con otro igual de brillante.
Esa tarea, sin embargo, resulta ser siempre compleja. Son muchos los que se exponen a nuevos errores tras una sucesión de golpes perfectos; básicamente porque todos saben que fallarán tarde o temprano. Rory intentó seguir los pasos de Patrick Reed en el Humana Challenge, ganando un torneo en tres días, pero se encontró con un drive directo a la derecha en su primer hoyo. De allí salió un bogey y un nuevo drive desviado en el segundo. Fueron varios signos que indicaban que su swing no estaba tan afinado como el jueves. Era la hora de demostrar que también sabía ganar sin mostrar su mejor versión.
Veinticuatro horas antes había declarado: “Tiger es un verdadero profesional. Sabe que no hay fotos en una tarjeta. Le estaba pegando a la bola mucho mejor al final de la vuelta, pero llevar ese resultado a mitad de ronda fue todo un esfuerzo”. Era justo lo que él necesitaba hacer unos hoyos después: realizar pequeños ajustes que volvieran a recuperar su drive y llevarle de nuevo en volandas por el recorrido. En el 3, par 5, ya había firmado su primer birdie gracias a una gran sacada de bunker. Cuando volvió a conseguirlos en el 5, 7 y 10 ya lo había recuperado. El resultado ya estaba en camino.
Pero quizá por lo que dijo Sergio García hace unos años (“Algunos días sientes que tu cuerpo se mueve como deseas… Otros prefiere pelear un poco contigo”) llegaron un par de errores más, en el 13 y el 16, cuando verdaderamente podía sacar renta a su liderato. Un nuevo acierto en el 18 maquilló una ronda irregular, peleada y discreta, de 70 golpes. Fue una buena lucha, pero no dejó de abrir las puertas del torneo al resto de candidatos. Brooks Koepka, encarnado en la precisión con el driver que mostró el norirlandés en la primera jornada, entregó un 65 que le sitúa a un solo impacto, en un acumulado de menos diez. Danny Willet, Damien McGrane y Julien Quesne se quedaron en el menos ocho.
Si la tabla se mantiene en una situación similar el domingo por la mañana, Rory seguirá con el torneo bajo su control. Henrik Stenson mostró un gran acierto en los greenes y le persigue a cuatro impactos, empatado con Walters, Rock, Jaidee, Molinari, Gallacher y Donaldson. Son sus rivales más peligrosos de cara al fin de semana, ya que Woods entregó un 73 que le deja cuadragésimo cuarto, en el menos tres.
Jorge Campillo, Eduardo de la Riva y Rafael Cabrera-Bello son trigésimo primeros con menos cuatro; Alejandro Cañizares y Álvaro Quirós marchan con menos tres, mientras que Carlos del Moral y Pablo Larrazábal consiguieron superar el corte con menos dos. El resto de españoles se quedaron fuera, a pesar de que Jiménez, Elvira, Olazábal y el joven Ballesteros se quedaron muy cerca de conseguirlo.
Adrián Otaegui Alejandro Cañizares Álvaro Quirós Branden Grace Brooks Koepka Carlos del Moral como Francesco Molinari Eduardo de la Riva Ernie Els European Tour Fred Couples Henrik Stenson Jorge Campillo José María Olazábal Matteo Manassero Miguel Ángel Jiménez Mikko Ilonen Nacho Elvira Omega Dubai Desert Classic Pablo Larrazábal Peter Hanson Peter Uihlein Race to Dubai 2014 Rafa Cabrera-Bello Rory McIlroy Thomas Björn Thorbjorn Olesen Tiger Woods Tommy Fleetwood
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