La cruenta segunda jornada del Open de España ha dado para mucho, aunque la dureza del día haya hecho mella el ánimo de muchos de los jugadores. Aun así, todos afrontaron con entereza el trance de ponerse ante los micrófonos de los medios.
MIGUEL ÁNGEL JIMÉNEZ (72 + 71, 16º con -1)
Es inevitable que el malagueño empezara explicando cómo fue su hoyo en uno, el noveno en el European Tour, una cifra que le sirve para igualar el récord del circuito en manos, hasta ahora, de Colin Montgomerie.
«En el hoyo 8 (hoyo en 1) he dado un hierro 6, ya que Tommy (Fleetwood) jugó el 7 y hablando con mi caddie decidimos dar un tiro bajo con el 6 contra el viento. La piqué donde quería a unos 145-148 metros y entró. Es la novena vez que consigo hoyo en 1 en un torneo, fuera de competición he perdido la cuenta. Con premio especial es el cuarto», rememoraba Jiménez, que a continuación se refería a la dureza de la jornada.
«Ha sido un día muy difícil, el viento ha soplado de todos los rincones. Normalmente, cuando cambia, suele parar de vez en cuando, pero hoy ha soplado con intensidad y racheado desde el principio, en todas direcciones: primero oeste, suroeste, noreste, norte, noreste, y hemos terminado este y sureste», resumía acerca del viento, para a continuación seguir con su valoración del campo. «Era delicado, el campo está muy bien, compacto, las banderas un poco esquinadas en algunos hoyos y hay que pegar los tiros perfectos. El torneo está loquillo y a ver qué pasa, el viento va a ser determinante».
EDUARDO DE LA RIVA (66 + 77, 16º con -1)
Después de su impoluta jornada inicial, De la Riva se ha topado con un campo embravecido e indomable y se ha ido a 77 golpes, aunque el movimiento del torneo le permite seguir metido en la pelea.
«Ha sido un día durísimo, creo que en 11 años que llevamos aquí nunca he jugado en las condiciones de hoy, con un viento tan fuerte, que ha soplado de lado a lado y no sabías por dónde venía», recapitulaba el barcelonés, que conoce como la palma de la mano el recorrido. «Los greenes están durísimos y es muy difícil dejarla cerca. Como tienes bunkers delante, no puedes botarla fuera, pero si la botas en green, no la paras y acabas estresado. El viento no es que cambiara a lo largo de un hoyo, es que cambiaba en el plazo de minuto y medio, no he jugado en estas condiciones en mi vida».
Al final, De la Riva sacaba una lectura positiva de su situación en el torneo y confiaba en mejorar. «A pesar de todo, sigo bajo par, intentaré hacer un buen fin de semana. A ver si los greenes están un poco más blandos o hace menos viento y podemos mejorar».
PABLO LARRAZÁBAL (71 + 73, 28º con par)
El barcelonés es otro que conoce a la perfección el campo t suele crecerse cuando las condiciones se complican, pero ha tenido que luchar lo indecible para mantener el resultado.
«El campo está tremendo, ayer la gente se reía cundo decía que se ganaría el torneo con 8 ó 10 bajo par, pero como sople más viento, – 5 es un resultado ganador. Las banderas van a estar complicadas mañana y si logro hacer 2 ó 3 bajo par, estaré totalmente en la pelea el domingo», afirmaba.
Ha sido una vuelta muy pelada. En los nueve primeros puedes jugar, las calles son más abiertas, los greenes más anchos y puedes fallar algún tiro. Los nueve segundos estaban durísimos, he hecho bogey al 10 y después ha tocado sufrir. Los bogeys del 13 y 14 me han dolido mucho, venía bien, tranquilo, sabía que si hacía par y conseguía el birdie en el último hoyo, estaría en los últimos partidos. Pero bueno, igual es mejor salir antes, los greenes estarán algo más blandos y se podrá atacar».
Insistiendo en las condiciones del torneo, Larrazábal daba referencias que asustan, para después hablar de su plan de acción.
«He visto pocos campos más duros, probablemente solo en el US Open y en el Open Británico, y eso que los que yo he jugado estaban muy verdes. Prefiero que no rieguen ni una gota, y que o bien no haya ni una gota de viento o que sople fuerte y que con una vuelta de dos bajo par me meta en la pelea».
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