Cuando ayer sacamos nuestra guía de regalos para los golfistas, uno de nuestros lectores, Pepe Crespo, nos dijo que no encontraba por ninguna parte un swing, que al fin y al cabo es lo que de verdad querríamos todos. En nuestra última parte intentaremos darle a él y a todos vosotros alternativas justo para eso, para encontrar un swing que nos permita acercarnos al par del campo. En cuanto a las bolas y palos, que también son regalos muy populares, no tendréis que esperar mucho para estar al tanto de las últimas novedades, ya que en breve os haremos una guía como la que os presentamos a comienzos de 2013.
1. Clases. Sí, la primera opción es tan obvia, pero no son muchos los que se atreven a regalar unas clases en el campo preferido del jugador. Es un buen regalo por varios motivos: no tiene que cambiar en exceso su vida para recibirlas, suelen tener un precio económico (dependiendo del campo) y podría ser el comienzo de una mejor relación con este deporte. Para jugar mejor a esto es imprescindible conocer la técnica y sus fundamentos, así de simple. Quienes lo consiguen por su propia cuenta y riesgo tienen mucho mérito, pero unas buenas clases son el mejor atajo que existe para bajar el hándicap. Basta con hablar con el profesional del club y seguro que no os ponen muchos problemas para presentarlo en forma de regalo (más les vale).
2. Un año de suscripción a la PGA Digital Golf Academy. Os lo comentamos en el mes de junio y, por lo menos, un servidor ha tenido la oportunidad de probarlo. Se trata de un canal de pago de YouTube en el que varios de los mejores profesionales de la PGA of America nos dan consejos sobre distintas áreas del juego, desde el putt hasta el swing, pasando por el bunker, lies complicados, draws, fades… Todo, hasta consejos para el gimnasio. No sustituye a unas clases presenciales, pero como complemento para entender mejor cómo funciona el swing de golf son toda una ayuda. Y sí, para mejorar es necesario un poco de estudio. Son solo 27 dólares para todo un año.
3. Fitting. Daría miedo coger a diez jugadores al azar y ver si de verdad tienen unos palos adaptados a sus necesidades, esto es: longitud, peso, varilla, grados… De todo esto se encargan los fittings. Un buen señor llega a la cancha de prácticas y, con unos aparatos, nos dice si puede mejorar nuestro juego a partir tan solo de cambiar el material que utilizamos. En España existe un centro idóneo para todo esto, el Taylor Made Performance Lab, del que ya os hablamos aquí. Si acudir a Madrid os resulta algo molesto, seguro que en vuestro club os pueden poner en contacto con los representantes de varias marcas, que cuentan con sus propios empleados para hacer los fittings. Otra buena opción es Enrique Puente, que hace unos fitting de putt estupendos.
4. Libros de técnica. Os hablamos de ellos en nuestra primera parte de la guía de regalos, pero os dejamos con varios que os podrían ayudar: Cinco lecciones de Ben Hogan, El pequeño libro rojo del golf, El golf no es el juego de la perfección o los de Stan Utley, Dave Pelz, Dave Stockton, John Jacobs o Andy Plummer y Michael Bennet. Si tenéis dudas sobre cuál es la mejor opción para el destinatario del regalo, los tres primeros son perfectos, pero siempre podéis preguntar a su profesor (si lo tiene).
5. Aparatos de entrenamiento. Si ya tenéis un buen profesor y lo que necesitáis son formas de optimizar vuestro trabajo, es decir, sacar el mayor partido partido posible al tiempo disponible para el golf, he aquí varios artilugios que os podrían ser de gran ayuda.
– Swingbyte. Un pequeño aparato que se coloca en la varilla del palo y transmite una buena cantidad de datos a vuestro iPad o iPhone, desde la velocidad de vuestro swing hasta la línea que sigue a través del movimiento. Pueden sonaros a chino, pero si sabéis qué hacer con esos datos tendréis la causa de por qué la bola sale para un lado o para otro. Vuestro profesor, por supuesto, también le sacará buen partido.
– Truline Putting Green. He aquí algo que no le puede venir mal a ningún jugador: un putting green para interiores. Tenéis versiones baratas y algo deficientes que darán el pego como regalo, pero si de verdad queréis hacerle un regalazo a un golfista optar por el Truline o uno de una calidad similar. Vais a patear en casa como en el campo.
– Net Return. Y si de entrenar en casa se trata, qué mejor que una red para pegar bolas donde sea. Las más decentes no son baratas, así que reservar esto para un regalo para vuestra mujer, marido, pareja… Así aprovecháis.
– Dave Pelz Putting Tutor. Compré este aparatito a comienzos de este año y es una maravilla. En este vídeo podéis ver cómo lo usaba Azahara Muñoz hace un par de años y su funcionamiento es de lo más sencillo: hacer pasar la bola entre las dos bolitas. El nivel más difícil es todo un reto, pero con un par de clases ya no las tocáis. Embocar putts no será un misterio, sino una probabilidad.
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