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Los milagros de Victor Dubuisson

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Óscar Díaz | 24 de febrero de 2014

El francés Victor Dubuisson acababa de remontar tres hoyos de desventaja en seis hoyos en la final del Accenture Match Play Championship, ganando los dos últimos para forzar la continuación de su final con el australiano Jason Day, pero esa hazaña se quedó en nada con lo que vino a continuación.

En el hoyo 19, la adrenalina hacía que Dubuisson fuera largo de green y su bola acabó reposando junto a unas matas, un cable de televisión y una cholla (en román paladino, un pequeño cactus). Estaba muerto y enterrado, sus opciones se habían desvanecido, se había quedado sin suerte después de la remontada… pero el francés decidió hacer su mejor imitación de Seve y, sin pensárselo, ejecutó un impresionante golpe que dejó la bola a menos de metro y medio del hoyo.

Hoyo 20, tres cuartos de lo mismo. Dubuisson se lleva el golpe a la izquierda, junto a las gradas, y su bola se queda enredada en unas ramas. De nuevo, miradas de incredulidad y gestos de conmiseración hacia el francés, que de nuevo parecía fuera de juego. Una vez más, Dubuisson no le dio muchas vueltas y pegó un golpe nítido que libró el rough y llevó la bola rodando a algo menos de tres metros del hoyo.

«Nunca he visto a nadie tan joven, salvo a Jordan Spieth y a Tiger en los viejos tiempos, jugando tan bien en el momento decisivo, sobre todo desde el cactus. Ha sido tan sorprendente que no podía más que negar en la cabeza. En un par de ocasiones pensé que Dubuisson estaba muerto y que el torneo era mío», explicaba Day.

Aunque el torneo acabara en manos de Day, ya quedan para la historia las dos recuperaciones milagrosas del joven francés, golpes que no han tardado en compararse con los del gran Seve.