Si Rory McIlroy acaba una vuelta con 17 greenes en regulación, su resultado suele ser excepcional. Sin embargo, ayer, durante su debut en el Arnold Palmer Invitational, su nivel de putt no estuvo a la altura del de su juego largo. Tan solo fue capaz de conseguir tres birdies en una primera jornada en Bay Hill saldada con 70 golpes (-2) que le permiten afrontar la segunda jornada desde la trigésimo segunda plaza, a cuatro golpes del líder Morgan Hoffman (-6).
Cierto es que los greenes de Bay Hill no están en su mejor momento. A una velocidad de diez pies en el stimpmeter, más lentos que en cualquier otro torneo del PGA Tour, toda su superficie será renovada a partir del próximo 15 de mayo para presentar un nuevo y mejorado estado en la edición del torneo en 2016.
A pesar de acumular 34 putts, Rory estuvo a punto de hacer historia. Nadie desde 1995 había cogido 18 greenes en regulación en la sede del Arnold Palmer Invitational y solo un fallo en el par 5 del hoyo 16, el más fácil del recorrido, evitó que consiguiera el hito.
«Sabía que estaba cogiendo muchos greenes y que me estaba dejando muchas oportunidades. Pero sé que cuando los greenes están como éstos, tienes que ser muy paciente, porque vas a tirar buenos putts que no van a entrar, pero notaba que no tenía mucha confianza en los putts», afirmó el número 1 del mundo antes de marcharse a la cena que tenía programada con el anfitrión del torneo, Arnold Palmer.
El líder Morgan Hoffman, firmó un 66 (-6) dedicado a su abuela de 97 años que falleció horas antes de que llegara al tee del 1. Fue una vuelta que llegó en el momento oportuno para el que fuera uno de los jugadores revelación de los últimos playoffs de la FedEx Cup. Tras fallar el corte la semana pasada en el Valspar Championship, Hoffman, que tiene licencia de piloto, cogió su avión y voló hasta Jupiter, Florida, para realizar unas jornadas de entrenamiento que duraron hasta el último rayo de sol.
Su trabajo se vio recompensado en forma de cuatro birdies y un eagle en una tarjeta sin fallos que le permite ser la referencia en un torneo plagado de estrellas con un golpe de ventaja respecto a cinco jugadores entre los que se encuentra Ian Poulter. Y eso que no comenzó tampoco bien la semana del torneo para el inglés, con su hijo pequeño Joshua teniendo que ser ingresado en un hospital cercano con un brote de neumonía.
Tras ser dado de alta horas después, Poulter pudo mostrarse más centrado en el campo tal y como reflejó su juego ayer. También evitó los bogeys en Bay Hill, acumulando tres birdies y un eagle.
El único español presente en el torneo, Gonzalo Fernández-Castaño, no pudo repetir las buenas vueltas del pasado en este mismo campo y comenzó con un 76 (+4) que le deja en la 107ª plaza de la clasificación. Tras pasar por los diez primeros hoyos con un parcial de +3, un putt de birdie desde más de once metros parecía ser la chispa adecuada para volver a controlar la vuelta. Consiguió un nuevo acierto en el hoyo 13 pero no pudo prolongar este buen momento hasta el tramo final, donde firmó tres nuevos fallos consecutivos del 15 al 17.
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