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Luiten se queda solo en lo más alto

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Enrique Soto | 09 de junio de 2013

Para que Joost Luiten no ganara el Lyoness Open tenían que suceder dos cosas: la primera, que el holandés tuviera su peor día de la semana y no bajara sobrado de los 70 golpes; la segunda, que alguno de sus perseguidores le presionara hasta los últimos hoyos del Diamond Country Club. Solo se dio una de ellas. Luiten comenzó con un bogey su última vuelta y recuperó rápido con un birdie en el 2, para después jugar un golf conservador y exento de riesgos. Su objetivo fue contemporizar, hacer que cada par supusiera un punto a su favor y contemplar como sus rivales se desvanecían en un último intento de superarle.

Puede que por eso solo necesitara 71 impactos para ganar su segundo torneo del Circuito Europeo. Ni Jorge Campillo ni Eduardo de la Riva, segundos a tres de distancia al comenzar la jornada, supieron conformar una fuente de preocupaciones para el holandés, que veía cómo se quedaba aún más solo en lo más alto sin hacer nada del otro mundo. Fue un día tranquilo, demasiado si lo comparamos con el resto de finales que hemos visto a lo largo de la temporada y de lo cara que se vende siempre la victoria.

Jorge estuvo acertado de tee a green, lo suficiente como para crearse un buen puñado de oportunidades de birdie a lo largo de los dieciocho hoyos. Si hubiera conseguido embocar un puñado de ellas, podríamos estar hablando de un final ajustado y de una gran actuación del extremeño, pero el putt es un movimiento caprichoso y en ciertos días no funciona como uno lo necesita. Los hoyos fueron sucediéndose y solo pudo conseguir tres birdies, un registro insuficiente para luchar por el triunfo. 72 impactos y la quinta plaza fue su balance final en Austria.

La historia de Eduardo fue similar, aunque estuvo más impregnada de impotencia. El jugador impasible de tee a green de las tres primeras jornadas sufrió más que nunca con su juego largo y terminó sus nueve primeros hoyos en un acumulado de mas tres, con su putt todavía algo oxidado. Tres birdies por los segundos y otro error en el 16 le hicieron firmar 73 golpes y terminar en la séptima posición del torneo.

Un día duro en el campo para ambos, que vieron cómo se diluían sus ilusiones de ganar o, incluso, de terminar entre los tres primeros. Sin embargo, teniendo en cuenta la situación en que llegaban a esta prueba, puedan sacar conclusiones positivas. Esta semana en Austria ha supuesto encontrar la luz al final de un túnel largo y oscuro, donde ninguno conseguía pasar cortes con regularidad y donde la confianza brillaba por su ausencia. Tanto Jorge como Eduardo tienen más motivos para creer que hace unos días. Su principal meta no es solo asegurar la tarjeta, sino verse capaces de competir con asiduidad como lo han hecho en el Lyoness Open.

Pueden fijarse en Luiten para comprobar qué hace falta para que llegue esa primera victoria: sexto en Abu Dhabi, octavo en China y un buen número de participaciones entre los veinte primeros adornan sus estadísticas de esta temporada. Bien es cierto que no superó tres cortes, pero su trayectoria demuestra que el camino hacia lo más alto está lleno de pequeños esfuerzos, a veces imperceptibles desde fuera. Es posible que Thomas Björn, segundo a dos del vencedor, esté también cerca de reencontrarse con tiempos mejores o incluso que Wen-chong Lian o Romain Vattel, terceros empatados, hayan dado un paso de gigante hacia el mismo objetivo.

Miguel Ángel Jiménez terminó con 75 impactos y en decimonovena posición, confirmando un día aciago para la Armada en tierras austríacas. Ignacio Garrido, con 71, finalizó sexagésimo tercero.

Resultados completos