Son los dos últimos campeones del torneo y seguramente los dos golfistas que más se juegan esta semana en Austria. Por un lado, Joost Luiten defiende el título logrado el año pasado en el exigente Diamond Country Club y busca un empujón que vuelva a meterle en la pelea por un puesto en la Ryder Cup. Por otro, Wiesberger es el ídolo local y la victoria en el Lyoness Open le metería en el segundo major de la temporada, el US Open que se juega la semana que viene en Pinehurst.
A sus respectivas urgencias los dos jugadores han respondido con sendas vueltas de 66 golpes, solo por detrás del -7 conseguido por el inglés David Horsey, un resultado especialmente meritorio en el largo y duro recorrido austriaco de Atzenbrugg. De momento, el holandés es líder con -11 y dos golpes de ventaja sobre el austríaco, mientras que el paraguayo Fabrizio Zanotti es tercero a cuatro impactos.
Wiesberger, que lógicamente congregó a gran parte del público austríaco, se marchaba del campo con la sensación de haberse dejado alguna oportunidad en el campo.
«Hoy he jugado muy bien y me he creado muchas oportunidades en los primeros nueve, con putt para birdie en casi todos los hoyos. He metido unos cuantos largos, pero he fallado otros cortos y al final todo se la equilibrado», explicaba el local.
En cuanto a los españoles, De la Riva empezaba dando un golpe en la mesa con un eagle en el primer hoyo y aprovechaba también el par 5 del hoyo 4, pero luego dos bogeys se convertían en un excesivo castigo para los pocos errores cometidos. Al final, el barcelonés aprovechaba otro de los pares 5 para acabar con -4 en la décima plaza, a siete golpes del líder.
Por detrás, Miguel Ángel Jiménez conseguía sacarse la espina de la segunda jornada con un buen -4 en el día que le permite meterse de lleno en la pelea por el top ten.
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