Hay muchas formas de ganar un torneo y luego está lo que ha ocurrido en el primer hoyo del playoff en el Lyoness Open powered by Greenfinity , torneo austriaco perteneciente al European Tour. Después de llegar a la casa club con siete birdies bajo el brazo y empatar en la cabeza con Wiesberger, el sueco Mikael Lundberg salía junto al austriaco desde el par 3 del hoyo 18 para resolver el torneo en un cara a cara que no tenía un claro favorito.
Sin embargo, Lundberg no había gastado todavía toda municion de su arsenal, se había guardado un birdie en la recámara y no dudo en usarlo a las primeras de cambio. A una distancia de más de 12 metros, con un leve piano, caída a la derecha y jugando para ganar un torneo, hay solo un puñado de jugadores que son capaces de meter la bola en el agujero; Mikael Lundberg acaba de engrosar esa lista y de esta manera conseguía cerrar su tercer triunfo en el European Tour, con una maravilla de putt, elegante, preciso y digno de un gran final de torneo.
“Sabía que tenía alguna oportunidad cuando acabé con -12, y fue genial ver como se metía ese putt en el playoff. Creo que si no lo hubiese metido, Bernd hubiera metido el suyo, así que fue crucial meter esa presión”, celebró un exultante Mikael Lundberg.
Por su parte, Wiesberger vio como su estrategia se desmoronaba al final del día. Durante toda la jornada el austriaco estuvo vigilando a su compañero de partida Joost Luiten, ganador del año pasado y a priori su principal rival, y en todo momento parecía tener el torneo bajo control.
Incluso con un ojo en la tremenda remontada de Lundberg, Wiesberger parecía destinado a volver a ganar el abierto de su país por segunda vez y contentar a los muchos seguidores reunidos en las calles del Diamond CC,. Sin embargo, el torneo se torció en el penúltimo hoyo.
“Tenía el torneo en mis manos y lo tiré con el bogey en el hoyo 17. Luego en el playoff di un buen golpe de salida, pero hay que darle la enhorabuena a Mikael porque metió un gran putt”, resumía Wiesberger.
Además de perder el torneo, el austriaco tendrá que esperar hasta la finalización del FedEx St. Jude Classic en EE. UU. para saber si tendrá sitio en el US Open. Sin embargo, nada puede reprocharse ya que volvió a completar una gran ronda con 69 golpes en la que se mostró siempre dominador del torneo. Lo que ocurre es que en el golf y en el deporte en general hay veces que aparecen estos momentos mágicos que trastocan el mejor de los planes.
Por su parte, Miguel Ángel Jiménez terminó en la quinta posición después de una vuelta con 5 golpes bajo par incluido un eagle en el hoyo 13 que celebró con un bailecito juvenil que parece chocar con sus cincuenta años. Se nota que Jiménez está feliz y eso se transmite en su juego y en su actitud en el campo.
Gran torneo también de Eduardo de la Riva, que con su -3 terminaba restando siete golpes al campo y situándose en la séptima posición.
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