Que Lydia Ko es un fenómeno y que está llamada a hacer historia es un hecho que no se le escapa a nadie. Con apenas 18 años, la neozelandesa ya cuenta en su haber con 10 victorias en el LPGA Tour, en la liga de las grandes y con una ristra de récords difícil de superar. La niña de la eterna sonrisa, del swing envidiado por todos, es también la reina de los récords.
Año tras año la hemos visto batir una marca tras otra, la hemos visto crecer, madurar y tumbar a cualquiera que osara poner en peligro alguno de sus objetivos. Esta semana, Ko asciende al liderato mundial nuevamente, tras arrebatarle la posición de privilegio a Inbee Park, y lo hace con una nueva plusmarca bajo el brazo al convertirse en la jugadora más joven en alcanzar las 10 victorias en el LPGA Tour.
La talentosa neozelandesa no pasa desapercibida para nadie, y no lo hacía tampoco cuando a la edad de 6 años daba sus primeros pasos en este deporte tras mudarse con su familia desde Seúl a su nuevo hogar en Auckland. Ocho años después, en el 2012, Ko (14) se hacía con el triunfo en el Women’s NSW Open en el Australian Ladies Professional Tour y entraba en los libros de historia al ser la jugadora más joven en conseguir una victoria en el ámbito profesional. Ese mismo año, se hacía con su primera victoria en el LPGA Tour en el Canadian Women’s Open y saltaba a la palestra para no abandonarla nunca más.
Cinco títulos más se sumaron a su brillante palmarés antes incluso de los 18 años y hoy en día Ko ostenta, entre otros, el récord de precocidad en adjudicarse un torneo profesional (14), un torneo en el LPGA Tour (15), en ascender al liderato mundial (17) y en ganar un grande (Evian Championship) (18).
Admirada por el panorama golfístico entero, su talento no pasa desapercibido para las leyendas vivas del golf femenino que ven en Lydia Ko a la gran estrella de esta década. Kathy Whitworth, con 88 victorias en el LPGA Tour (récord de victorias tanto en el circuito femenino como en el masculino), afirma que «no hay duda que es única. A veces una jugadora como ella aparece y lo único que puedes hacer es disfrutar de su juego».
Annika Sorenstam, la última gran estrella del panorama mundial, admira la consistencia de una joven que ha conseguido poner nuevamente al golf femenino en el mapa. «El golf no es solo cuestión de tus mejores momentos, sino de los malos también, y ella tiene una consistencia admirable. Sabemos que no siempre vamos a poder desplegar nuestro ‘juego A’, y el juego del golf se trata de ser capaz de hacer buen resultado aunque no estés jugando bien. Cuando la ves jugar, no parece tan fiera, pero su consistencia no es más que una muestra de ello», afirmaba la sueca.
Entre sus mas fieles seguidores se encuentra uno de sus primeros entrenadores, el exjugador del PGA Tour, John Lister, que ha ido de la mano de la joven neozelandesa desde que ella apenas contaba con 10 años de edad. Sin entrar en vicisitudes técnicas, John se encargaba de su comportamiento en el campo, de su manera de afrontar cada golpe y cada vuelta, de la estrategia que la joven (que ya despuntaba por aquel entonces), debía seguir para convertirse en lo que hoy es, una campeona, una persona que «ha nacido para jugar al golf».
Guy Wilson fue otra de las piezas clave en este engranaje perfectamente engrasado. Wilson, que había supervisado el swing de Ko desde que la joven tenía 5 años, rompía su relación con la estrella a finales de 2013 tras 11 años de éxitos. Ko, que se asentaba en Estados Unidos, encontraba imposible compaginar sus entrenamientos en Nueva Zelanda con su nueva vida en el LPGA Tour, y se veía obligada a cambiar de entrenador, confiando su destino al experimentado David Leadbetter.
Es muy pronto aún para predecir qué futuro le depara a esta impresionante jugadora. A otros niveles, muchas otras golfistas se han visto expuestas prematuramente a una presión de los medios que no han sabido manejar, o a desafortunadas lesiones que han cortado de cuajo sus ascensiones y pretensiones. El ejemplo más claro de lo que puede acarrear una carrera mal llevada lo tenemos en una Michelle Wie que apenas ahora está empezando a acercarse a ser la jugadora que se presumía y, con el permiso de las lesiones, podrá darle batalla a Ko en las sucesivas temporadas.
Ríos de tinta han corrido sobre su talento y solo el tiempo dirá dónde está el techo de una Ko que por el momento disfruta de su adolescencia dominando el golf mundial.
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