Muchas y bien diferentes eran las razones que motivaron a los jugadores del PGA Tour a participar en esta novena edición del OHL Classic at Mayakoba. Graeme McDowell lo tenía claro. Un mal 2015 sin un solo top ten en más de veinte torneos le había llevado a quedarse fuera de los últimos torneos de la Race to Dubai. Las oportunidades se acababan para lograr ese necesario punto de inflexión antes de que acabara el año y finalmente ir a México resultó ser la solución adecuada tal y como lo demuestra su victoria en playoff tras un convulso torneo lleno de parones por la lluvia.
De nuevo la meteorología obligó a que por segunda semana consecutiva, el torneo tuviera que ser ampliado hasta el lunes. A falta de los últimos hoyos, eran varias las incertidumbres que se cernían sobre la sexta prueba de la temporada 2015/16 del PGA Tour. La que más interesaba a los intereses españoles era ver cómo Jon Rahm concluía su cuarto torneo entre la élite mundial, después de haber dejado su marca personal el domingo.
Con dos dobles bogeys en los hoyos 1 y 2 empezaba el de Barrika su cuarta vuelta. Pongámonos en situación. Rahm llegaba a esta ultima jornada consciente de que aunque está a seis golpes del -16 del líder Derek Fatahuer, un buen resultado le puede hacer firmar su mejor resultado en el PGA Tour. Y de repente, apenas media hora después de haber empezado, ya acumulaba +4 en dos hoyos. Por eso es doblemente meritorio su final en la décima plaza, su segundo top10 en el circuito americano.
Tras el aciago comienzo, Rahm respondió con seis birdies en los siguientes once hoyos, firmando finalmente un bogey en el hoyo 14 que le evitó finalizar en la octava posición. Al ser amateur, no podrá jugar el RSM Classic, cita del PGA Tour esta semana, por lo que sus planes a corto plazo parecen más académicos que competitivos, como le recordaba su coach de la Universidad de Arizona State, Tim Mickelson, por twitter: «(…) Otra gran actuación (T-10) en el PGA Tour. Ahora, a estudiar para el examen».
Menos convulso se plantea el final de año para McDowell tras lograr levantar su tercer trofeo en el PGA Tour. Después de caer al puesto 85º del ranking mundial, una zona que no visitaba desde el año 2008, el norirlandés admitía estar desconcertado con su 2015. Su felicidad era total fuera del campo, estrenando matrimonio y paternidad, pero una vez que estaba compitiendo, la situación cambiaba.
Ahora, las dudas que tenía sobre su juego se desvanecen y todo cambia para él después de un birdie en el primer hoyo de desempate en El Camaleón, resultado inalcanzable para un Russell Knox que buscaba su segunda victoria consecutiva tras su triunfo en el HSBC Champions de la semana pasada y un Jason Bohn que acabaría firmando su tercer top 3 en apenas seis torneos. McDowell vuelve a sonreir dentro del campo dieciocho meses después de su último triunfo en el Open de Francia de 2014.
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