Dado el nivel de golf actual en el mundo profesional y la democratización de las opciones a victoria que se ha vivido en los últimos años, cada vez es más difícil destacar en lo más alto de la clasificación en un torneo. Sin embargo, resulta curioso a veces lo sencillo que parece para algunos jugadores conseguir victorias asumiendo el liderato el jueves y prolongándolo hasta el domingo. Rory McIlroy lleva 18 meses en el PGA Tour sufriendo el primer caso expuesto y ahora, está a 18 hoyos de conseguir poner fin a su sequía de títulos en suelo americano al liderar el The Honda Classic con dos golpes de ventaja respecto a Russell Henley.
Dijo en una ocasión Ernie Els que no es fácil ganar un torneo manteniéndose en el primer puesto de la clasificación todos los días porque son demasiadas noches acostándote sabiendo que al día siguiente tienes la responsabilidad y la presión de mantenerte en esa posición. McIlroy llevaba tiempo sin visitar esta zona y llegó el jueves para no irse. Se siente cómodo en el liderato. Es un hombre que maneja bien sus ventajas de última jornada cuando las ha tenido y al que la ausencia de nombres fuertes en los primeros puestos a falta de una jornada, parece favorecerle.
A pesar de que de sus siete rivales más próximos seis ya cuentan con victorias en el PGA Tour, el norirlandés es el claro favorito a la victoria. Russell Henley, el que será su compañero de partido el domingo, no parece rival que intimide a priori a McIlroy, ni un Russell Knox que partirá a tres golpes ni Jhonattan Vegas, a cuatro. Parece pues, el típico caso del jugador cuyo máximo enemigo puede ser uno mismo. «Todavía quedan 18 hoyos, pero me siento cómodo donde estoy», admite. Este sábado no se mostró tan letal como en las dos primeras jornadas en el PGA National como demuestra su vuelta de 69 golpes (-1), pero supo evitar engordar su tarjeta cuando la situación se le complicaba en el campo.
Tiger Woods firmó su mejor resultado del año con un 65 (-5) que le permite avanzar de la 66ª a la 17ª plaza, pasando así holgadamente el segundo corte efectuado durante la tercera jornada. El número 1 del mundo mostró su mejor faceta con una actuación solventada con siete birdies y tres bogeys. «Un día positivo», según palabras del propio Woods. A pesar de estar a siete golpes, no dice adiós a la lucha por el título, como se desprende de sus declaraciones: «He pegado bien a la bola y he metido algunos putts. Me he vuelto a meter en la pelea».
También se movieron en la dirección correcta de la clasificación los dos españoles presentes en Florida. Gonzalo Fernández-Castaño y Sergio García comenzaron en la misma posición (66º) con el mismo resultado (par total), firmaron sendas vueltas de 68 golpes (-2) en la tercera jornada y este domingo compartirán partido.
Lo más destacado de la vuelta de García fue su comportamiento en los primeros 9 hoyos, donde consiguió tres birdies por tan solo un bogey. Mientras tanto, Fernández-Castaño dio un recital en los pares 3 del PGA National, consiguiendo birdies en tres de los cuatro hoyos más cortos del recorrido. Solo se le escapó el 15, lugar en el que las dos jornadas previas, sí que se fue con el acierto en su tarjeta.
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