Después de imponerse en el Open Championship y el Bridgestone Invitational de manera consecutiva y capturar el número uno del mundo, Rory McIlroy es el auténtico foco de atención de todo el planeta golf. En Valhalla tiene la oportunidad de llevarse su segundo major de la temporada, cuarto de su carrera.
“Al comienzo de la temporada dije que el golf estaba buscando una figura dominante. Yo sentía que podía hacerlo y es genial volver a ganar varios torneos y regresar al sitio que creo que me corresponde, cerca de lo alto del ranking mundial y compitiendo por ganar majors”, declaró un McIlroy lleno de confianza, aunque no tiene claro que haya que hablar de un nuevo ciclo con él de protagonista.
“No creo que se pueda decir que es el comienzo de una nueva era, pero estoy muy contento con mi juego y solo quiero que esto dure lo máximo posible”, explicaba sincero el norirlandés que, a pesar de que todos apuntan al juego largo como la clave de sus victorias, tiene claro cuál es la cñave de su éxito.
“Creo que es la forma en la que enfoco el juego, mi estado mental. Es de lo que más contento estoy, no quedarme en el resultado sino mirar hacia adelante, a la siguiente semana. La gente puede hablar de mi drive o my swing, pero de lo que estoy más contento es de mi forma de enfocar el juego a nivel mental”, explicó un Rory que se tomó uno de los días de prácticas de descanso, en parte para relajar la tensión mental acumulada.
“Creo que tras ganar un torneo uno se cansa más emocional y mentalmente que físicamente. Dejar que tu cabeza y tu cerebro descansen un día es muy bueno”, explicó el jugador norirlandés, que entendía la gran expectación mediática que ha levantado con sus últimas victorias pero que intentaba “no leer demasiado lo que se escribe sobre mí; si lo hiciera, me daría la vuelta en el tee del uno el jueves pensando que ya había ganado el torneo”
Después de un decepcionante sábado en el Bridgestone Invitational donde describió su juego con los hierros cortos como «patético», Mickelson firmó un espectacular 62 el domingo que le hacía recuperar la fe en su juego. Esta semana tiene la oportunidad de refrendar esa mejora.
«Las piezas encajaron de repente. Empecé a mover la bola bien y los wedges comenzaron a funcionar, los hierros cortos estuvieron mejor que los días anteriores, así que para mí fue muy importante logar ese resultado «, declaró un Mickelson que auguraba una semana diferente en Valhalla.
«Creo que habrá tanteos bajos si aparece la lluvia y el campo está blando, pero si está un poco duro será un auténtico desafío porque es un campo bastante largo«, argumentaba el jugador estadounidense, que da pistas sobre quién tendrá más opciones esta semana.
«Los que sean capaces de pegarla alta y suave tendrán ventaja porque intentas llegar a secciones de green muy concretas y frenar la bola lo más rápido que puedas con el menor margen de error posible, así que creo que esta semana vamos a ver muchos golpes altos», explicó un Mickelson que tiene también como objetivo alcanzar una de las plazas del equipo estadounidense de la Ryder Cup.
«Creo que podré mantener el nivel de juego del fin de semana pasado y confío en meterme en el equipo por mis méritos y no esperar a ser una de las elecciones del capitán. Además, no quiero romper la racha de dos décadas jugando el torneo«, aclaró el californiano.
A pesar de llevar una serie de cinco top 10 seguidos, el australiano se presenta en Valhalla como uno de los damnificados por el huracán Rory tras su paso por Ohio. Scott perdió el número uno del mundo ante el norirlandés aunque, como es habitual en él, en sus declaraciones imperaba el fair-play.
«Creo que en este momento está en el número uno la persona adecuada. Ha sido el mejor en los últimos meses y, de la manera en que creo que debe funcionar el ranking, el número uno debe ser el que más torneos gane, y él ha ganado dos, en realidad tres durante todo el verano, y yo solo uno«, explicó Scott, que veía el despliegue de Rory como un desafío.
«Solo me motiva ver a Rory jugando tan bien, sigo pensando que este es mi momento así que tendré que ganar a Rory haga lo que haga, y creo que puedo hacerlo«, explicaba un Scott bastante confiado en sí mismo y que piensa que, a pesar de jugar un golf sólido este verano, «los resultados no me han acompañado, no he ganado. Creo que tengo que apretar los dientes y jugar lo mejor posible esta semana. Afortunadamente. todos los aspectos de mi juego están funcionando y voy a necesitarlo estos días».
El australiano también aclaraba que, por lo visto en los majors previos, un buen inicio marca las diferencias: «Y no solo en los majors, en los últimos torneos también. Gente saliendo a tope y haciendo grandes tanteos al principio, y si hablamos de un major como el de esta semana, si no lo consigues es muy complicado darle la vuelta al marcador viniendo desde atrás«.
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