Que levante la mano aquel que hubiera afirmado que tras anunciar su ruptura sentimental Rory McIlroy iba a ganar su primer torneo en el European Tour en dieciocho meses y, tras cruzarse medio mundo, lideraría en el PGA Tour con tres golpes de ventaja con una primera vuelta de 63 golpes (-9).
El norirlandés está demostrando tener una mente privilegiada para evadirse de los problemas ajenos al campo de golf. Aunque llevamos meses atisbando al antiguo Rory, el golf que está desarrollando estos días hace que nos olvidemos de ese aciago 2013 en el que su millonario acuerdo con Nike dio paso a su peor año como profesional.
Tras su victoria en Wentworth, quedaba por delante un viaje de más de 6.100 kilómetros hasta llegar a la sede del Memorial Tournament. Lejos de posibles jet lags, parece que el desplazamiento incluso le sentó bien.
«El lunes fue un día un poco largo, pero en cuanto llegué aquí me di cuenta que ya era un circuito completamente diferente. Iba a prepararme para el US Open. Es un gran torneo: el Memorial en sí mismo. Llegue al campo el martes por la mañana, luego hice una buena sesión de entrenamiento en la cancha el miércoles después del pro-am, así que he trabajado mucho y parece que está dando sus frutos.»
De momento, el trabajo se traduce en una tarjeta de 63 golpes con siete birdies y dos eagles. Lástima de doble bogey en el 14 que le evitaba llegar a -11 e igualar el récord de Muirfield Village de John Houston. De este modo, asume el liderato con tres golpes de ventaja respeto a los segundos clasificados, el inglés Paul Casey y los americanos Bubba Watson y Chris Kirk.
En la quinta plaza nos encontramos con un 67 (-5) a un Keegan Bradley que optó por jugar con un putter sin anclárselo al cuerpo tras una semana decepcionante en los greenes del HP Byron Nelson. Era la primera vez desde el 2010 que el americano abandonaba en competición su belly putter y el experimento se saldó con solo 27 putts en una vuelta sin bogeys.
El único español presente en este Memorial Tournament, Gonzalo Fernández-Castaño, saldó con 73 golpes (+1) su primera jornada en un día en el que según afirmaba el propio jugador había cometido «demasiados fallos tontos». Tras ponerse +2 en los primeros compases, remontaba con tres birdies en el 9, pero finalmente dos fallos más en los nueve segundos le hacían caer hasta el +1 final con el que ocupa la 64ª plaza.
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