Hace unos días, Mercedes Milá fue la madrina y presentadora del Desafío-Fundación Seve Ballesteros en el Centro Nacional de Golf y tuvo la gentileza de dedicarnos unos minutos. Mercedes, todo corazón, es una periodista de raza que te clava la mirada y que apabulla con la pasión que pone en lo que hace, ya sea en una charla intrascendente de unos minutos o cuando se pone al timón del buque insignia de la telerrealidad actual.
Después de haberse implicado en varias iniciativas en pro del golf y de amadrinar el Banesto Tour, no es de extrañar que acudiera a la llamada de la Fundación Seve Ballesteros.
“Tardé cero milisegundos en apuntarme a la iniciativa de la Fundación Seve Ballesteros. Por mi cumpleaños he tenido que cambiar un viaje y venir a Madrid antes de lo que tenía previsto, pero no lo dudé ni un instante”.
Pese a sus desencuentros con la prensa en el pasado o las injusticias cometidas con el cántabro en ciertos momentos (como en la famosa anécdota del Open Británico de 1984, cuando se cortó la retransmisión en el instante decisivo para dar paso a una carrera de caballos), no está de acuerdo con que la figura de Severiano necesite ser reivindicada.
“Creo que siempre se le ha reconocido, Severiano es el ídolo en España en todos los sentidos, lo que pasa es que es muy quejica. Pese a todo, somos conscientes del peso de su figura”, apostilló Mercedes.
“Severiano no necesita más que salud, porque está más que reivindicado. Tiene una cosa muy importante que quizá le haya traído la enfermedad: la proximidad y el cariño. Entiendo que a veces haya que alejarse un poquito para que la gente no acabe contigo, pero cuando él dice ‘con la enfermedad he cambiado’ se refiere a que ha ganado en cercanía y en capacidad de expresar sentimientos y eso es lo que le faltaba para ser perfecto”.
Mercedes Milá cree que sigue siendo difícil librarse de ciertos tópicos asociados al golf, sobre todo cuando esos tópicos han estado firmemente arraigados en la realidad.
“Como hay mucho chorizo todavía aún es complicado librarse de la asociación del golf a los desmanes inmobiliarios, pero, a la chita callando, la gente va cogiendo palos de golf y esa es la fuerza de este deporte. La fuerza del golf está en que quien prueba, repite”.
“Ya no hay excusas. Seve decía que tiene que haber más campos públicos y es verdad, y la crisis ha hecho mucho daño en ese sentido, pero el golf es un deporte tan sano, tan bueno, tan divertido, que la gente lo acaba entendiendo. Es algo imparable”.
“Hay mucho chorra que ha hecho del golf un deporte para cuatro porque les convenía, pero eso se ha acabado. Hay clubes muy caros y seguirá habiéndolos, pero pasa igual que en cualquier otro deporte”.
Mercedes no tiene claro que la presencia de famosos de distintos signos y tendencias sirva para “normalizar” el golf en la sociedad española. Para ella, la popularización de nuestro querido deporte está más cerca de la calle.
“No creo que la presencia de gente conocida haya acercado el golf a la gente. Si lo hemos hecho, bendito sea Dios. Es el propio hombre de la calle el que acude a un campo un día y se da cuenta de que esto le gusta. A esa persona no le hace falta que yo juegue, o que juegue mi hermano Lorenzo o los famosos que estemos por aquí. Ya lo ha probado y ya sabe que un palo de golf es algo muy útil para la salud, para su estado de ánimo, para su cabeza, para sus amistades, para disfrutar de la naturaleza. Da igual que seas o no famoso: la fama no sirve para convencer. Lo que sirve es probar el golf y eso es lo que yo le digo a la gente”.
“Mi peluquero, un chico muy humilde, no había jugado nunca, empezó por casualidad un día y en la actualidad tiene un hándicap muy bajo, le dedica todo el tiempo libre que puede y me suele decir ‘¡Quién me iba a decir a mí que el golf iba a ser la llave de tanta felicidad!'»
Y es imposible sintetizar tantos sentimientos en menos palabras, un gran titular en boca de Mercedes Milá, aunque en este caso sea mera transmisora de la pasión de alguien cercano. Un colofón digno de una gran comunicadora que se encuentra apartada circunstancialmente de los campos de golf por una lesión, pero que promete volver a coger los palos en breve.
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