No se podría decir que el año 2013 en la carrera de Anna Nordqvist fue malo: no falló un solo corte y finalizó dieciséis veces entre las quince mejores, incluyendo un tercer puesto en mayo. Esto es lo que opinó ella misma de su rendimiento: “Estaba muy decepcionada”. Pues sí, muchas otras hubieran soñado con unos resultados similares, pero la misma jugadora que consiguió un hoyo en uno en la Solheim Cup aspiraba a más, sobre todo después de vencer dos veces en su primera temporada en el LPGA Tour. “No sentí que jugué mal, pero nunca conseguí una inercia positiva. Estuve decidida a arreglarlo en vacaciones y trabajé muy duro. Cualquiera que me haya visto puede corroborarlo”.
Estamos tan solo en los primeros compases de un circuito que se prevé apasionante y es tiempo para comprobar justo eso, quién ha trabajado duro mientras otras descansaban de muchos meses de competición. Nordqvist llegó esta semana al Honda LPGA Thailand al igual que lo había hecho en 2013, con aires de gran jugadora pero improbable candidata al triunfo; ni su menos seis el primer día pareció arreglar eso. Pero tras firmar el par en la segunda jornada y lo que ha llevado a cabo en la tercera no es aventurado arriesgarse a decir que ha subido el listón, que lo que le diferenciaba de ser décima a luchar por la victoria ahora es más pequeño.
“De algún modo perdí la razón por la que disfrutaba del golf”, añadió. “Cambié de equipamiento a Taylor Made y he pasado unas semanas divertidas con los nuevos palos y la bola. Ha sido un cambio pequeño, pero definitivamente he conseguido recuperar algo de inspiración y motivación. Sentí que en algún momento del año pasado iba a dejarlo”. Esa nueva Nordqvist se presentó el sábado en Tailandia y se alejó de los miedos que había mostrado el viernes, firmando dos bogeys en sus últimos tres hoyos. Cuatro aciertos, un eagle y solo un error después, entregó una tarjeta de 67 impactos. Había cogido diecisiete greenes en regulación.
El panorama que se abre ahora ante ella es muy distinto al de hace unos meses, donde todo parecía más gris. Azahara Muñoz, que parece encaminada a volver también a una mejor versión de sí misma, se cayó en la tabla con una vuelta de 74 impactos, en mayor medida a tres errores tardíos en su tarjeta. En su lugar, en segunda posición, surgió un gigante llamado Inbee Park. Era su primer torneo del año y su comienzo había sido tímido, con dos rondas de 71 golpes, pero la gran dictadora se alzó de nuevo a sus dominios con una tercera de 67, la misma que necesitó Nordqvist para espantar a sus fantasmas. La número uno buscará mañana su oportunidad a cuatro de la cabeza.
Michelle Wie demostró también signos de mejoría con una vuelta de menos tres, empatando con Park en segunda posición. Julieta Granada marcha cuarta con menos seis, mientras que Lydia Ko, Cristie Kerr, Yani Tseng y Lexi Thompson son quintas con menos cinco. Carlota Ciganda ahondó en su mal despliegue de esta semana con un 76 (más ocho, quincuagésimo segundo) y Beatriz Recari, con la misma vuelta, también se hundió en la tabla, hasta la sexagésimo tercera posición.
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