El número 57 adorna la manga izquierda de los polos de Louis Oosthuizen. Es el número de golpes con el que hace tiempo destrozó un campo en Mossel Bay, Sudáfrica. Ayer domingo, durante la tercera jornada del Deustche Bank Championship, sus primeros nueve hoyos en el TPC de Boston hacían soñar al sudafricano con otra gesta similar. Completó la primera mitad del recorrido con un sensacional 29 conseguido con siete birdies y, aunque fue incapaz de mantener ese alto nivel de excelencia en el tramo restante, acabó firmando un 63 (-8) con el que asumió el liderato del segundo playoff de la FedEx Cup.
Empezando el día en la segunda posición, Oosthuizen se negaba a ser el convidado de piedra en un torneo en el que todo el mundo soñaba con una última jornada con Tiger Woods y Rory McIlroy emparejados en el partido estelar. Tras conseguir su primer birdie en el hoyo 2 y pasar algún apuro en el green del hoyo 3 en el que acabó sacando el par, comenzaba la racha. Completó el tramo del hoyo 4 al 10 con siete birdies consecutivos con los que establecía varios records en el torneo. Suyo es el resultado más bajo en los nueve primeros, la racha de birdies consecutivos más larga y el resultado más bajo tras 54 hoyos con -19.
Aventaja de este modo en tres golpes a Rory McIlroy y en seis a Tiger Woods y Dustin Johnson. Salvo sorpresa mayúscula, estos serán los cuatro jugadores que se disputen el torneo ya que el -11 de Ryan Moore y Bryce Molder se antoja demasiado alejado a primera vista. Pero los fueras de serie no entienden de remontadas imposibles. Tiger recortó los tres golpes de desventaja que le sacaba Vijay Singh en 2006 en este mismo campo y este mismo torneo para llevarse la victoria con 63 golpes. Un golpe menos (62) necesitó McIlroy para hacer lo propio en Quail Hollow para conseguir su primer título en el PGA Tour en 2009.
Sin embargo, si reaparece el Oosthuizen de los nueve primeros hoyos del domingo, el torneo puede estar visto para sentencia. «Probablemente ha sido el comienzo soñado por cualquier jugador. Me ha salido todo. Ha sido uno de esos días en los que miras el putt y entra. Así han sido mis nueve primeros hoyos». En el 10 conseguía un nuevo birdie y aunque ahí se frenó la racha, el sudafricano siguió creándose oportunidades. En el 11 y el 12 falló sus putts de birdie de cuatro metros y en el 14, otro de 5.
Su primer green en regulación fallado fue el del 17, donde se apuntó su único bogey del día y segundo en lo que va de torneo. Se despidió aún así a lo grande, recuperando el -19 con un birdie en el 18 con el que conseguía aprovechar al cien por cien los pares 5 del TPC de Boston y dejarse una buena oportunidad de conseguir su primera victoria en el PGA Tour.
Acabada su ronda, McIlroy se mostraba satisfecho de dejarse una mínima oportunidad de ataque en la última jornada ante el arrollador juego de su compañero de partido. «Ha sido genial ver lo que ha hecho. Louis es el tipo de jugador que puede hacer algo así. Es un jugador explosivo y ha hecho una vuelta impresionante, así que estoy contento de estar en disposición de ganar todavía».
Y tiene razón McIlroy cuando tacha de «impresionante» el comportamiento de Oosthuizen. Tras acabar el 148º de la FedEx Cup el año pasado y no clasificarse para los playoffs, está rozando la perfección en su primer Deutsche Bank. La semana pasada fue 5º en el The Barclays y se pondrá primero en la carrera hacia los 10 millones si gana y Nick Watney, 19º en estos momentos, queda fuera de los cuatro primeros.
Deja un comentario