Cazamos a Pablo Larrazábal antes de ir al gimnasio para preguntarle acerca de la temporada que ha tocado a su fin y demás asuntos de la actualidad. El barcelonés ya está clasificado para el Open Championship y tiene en su mano poder cerrar el año entre los cincuenta primeros y conseguir una invitación para el Masters.
¿Cuál es tu valoración general de la temporada?
Creo que he hecho una temporada correcta. Quizás el empezar ganando el primer torneo puso las expectativas muy altas, pero creo que en líneas generales fue una temporada buena. Es verdad que me dejé por el camino alguna oportunidad de haber ganado algún torneo más como el BMW que a falta de ocho hoyos andaba de la mano con Rory, o el KLM, pero en líneas generales ha sido una temporada satisfactoria.
¿Cuál ha sido la parte más agridulce del año?
No he conseguido pasar el corte en ninguno de los tres majors que he jugado este año, no estuve bien en ninguno y, exceptuando el HSBC, tampoco lo hice bien en ninguno de los World Golf Championships. Se puede considerar que en el Volvo no estuve mal, pero fue todo a base de fogonazos, de sacar la raza, esos chispazos que tenemos los españoles, pero nada más.
¿Qué te falta para establecerte entre los cincuenta o treinta mejores del mundo?
Un jugador como yo seguro que a lo largo del año no va a pasar cortes y también va a hacer vueltas altas, con lo que para mejorar lo que hay que hacer es seguir trabajando. Creo que estoy en el buen camino, que voy mejorando, todavía creo que no he alcanzado mi máximo potencial que es lo que espero hacer estos años. Además, tengo la suerte de contar con el mejor equipo posible que me ayudan a conseguir los objetivos.
¿Has pensado en lanzarte a la aventura americana?
No, es algo que he dicho siempre. Yo no juego por dinero ni por fama, lo hago porque me divierte. El día que deje de divertirme no me veréis en un campo de golf. Está claro que a todos nos gusta enfrentarnos con los mejores jugadores del mundo, y obviamente iré a jugar a EE. UU. cuando toque, pero no me veréis allí instalado de manera permanente. Soy un jugador del European Tour. Puede que en el futuro, si tengo hijos, a lo mejor me lo plantee porque se vive muy bien en Florida (risas) pero de momento no.
¿A dos años vista te ves formando parte del equipo europeo de la Ryder?
Ahora mismo no, porque creo que las tensiones que se tienen que vivir en una Ryder de momento no me veo preparado para afrontarlas. Me lo paso bien en casa enviando tuits, pero hasta ahí todo bien (risas). Eso sí, quizás en un par de años puede que esté en posiciones de ir por ranking y tenga que afrontar todo y estaría encantado y dispuesto. Date cuenta de que yo he jugado mucho en equipo y me encanta. He jugado el Seve Trophy, el Royal Trophy, el Eurasia Trophy junto a Miguel y son experiencias inigualables.
¿Ves más fácil ganar un major o entrar al equipo de la Ryder?
La verdad es que nunca me lo he planteado, pero supongo que si ganara un major entraría por puntos en el equipo de la Ryder. Es complicado, pero desde luego si tuviera que apostar por ganar un major, el que más se ajusta a mi estilo de juego es el Open Británico.
Después de tantos años de viajes, ¿cómo llevas la vida en el circuito?
Llevo diez años de profesional y si alguien me dijera al principio que iba a completar mi séptima temporada en el European Tour no lo creería. Para mí viajar treinta semanas al año, competir, es lo que me gusta, me siento muy feliz, no tengo problemas con ello.
Tú que conoces bien a Rory McIlroy, ¿crees que va a poder mantener el nivel de este año mucho tiempo?
Por supuesto, Rory va a ser el número uno del mundo hasta que él quiera o hasta que el físico se lo permita como a Tiger. Es el jugador que más me ha impresionado de aquellos con los que he jugado. También he jugado con Tiger y lo ves y hace unos golpes mágicos que impresionan, pero falla con el driver; sin embargo Rory, aunque quizás no dé esos golpes mágicos de Tiger, es capaz de pegar un drive de más de trescientas yardas y ponerla en mitad de calle.
De todas los jóvenes que vienen fuertes, ¿a quién es al que ves con más pinta de estrella?
Brooks Koepka, sin duda. Es muy bueno, tiene una potencia bestial, ya me gustaría que me prestara su pegada durante una semana. Me recuerda un poco a Nicolas Colsaerts y en cuanto aprenda a controlar un poco esa potencia va a convertirse en una figura. Sin duda, lo tiene todo.
¿Qué objetivos tienes para el año que viene?
Es obvio, me lo pones fácil, ganar el Nedbank Golf Challenge la semana que viene y clasificarme para el Masters de Augusta (risas). Esta claro que esto es así, pero lo que de verdad es mi objetivo es divertirme. Yo estoy aquí para divertirme y eso es lo que busco cuando juego al golf, ese es mi verdadero objetivo
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