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Pablo Martín reedita título en el Alfred Dunhill Championship

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Óscar Díaz | 12 de diciembre de 2010

El malagueño Pablo Martín se ha impuesto en el Alfred Dunhill Championship, torneo inaugural de la temporada 2011 del European Tour de golf celebrado en el campo de Leopard Creek Country Club de Malelane, Sudáfrica, y ha conseguido reeditar el título que ya obtuvo el año pasado. De este modo, Martín, de 24 años de edad, consigue su tercer título en el European Tour, palmarés que estrenó en el Estoril Open de Portugal de 2007 cuando todavía era amateur.

Martín ha tenido que superar un tormentoso fin de vuelta para alzarse con el espectacular trofeo en forma de leopardo por segundo año consecutivo y ha conseguido imponerse finalmente al terceto compuesto por los sudafricanos Charl Schwartzel y Anthony Michael (líder tras la tercera jornada) y el rookie danés Thorbjorn Olesen.

Pablo Martín, que firmó un impecable 30 en sus 9 primeros hoyos en un comienzo vertiginoso, empezó a sentir la presión del triunfo en el hoyo 13, un largo par 5 en el que estuvo a punto de irse al agua tras hookear su segundo golpe. Pese a salvar la situación (magnífico su golpe de búnker), el tan temido bogey llegó en el hoyo siguiente, aunque Pablo contaba con una renta suficiente para no sufrir en la parte final del recorrido.

Después de jugar de libro el complicado hoyo 16 (par 3 en isla de 190 metros), en el 17 Pablo, que llegaba con tres golpes de ventaja, se lió en el búnker donde fue a parar su bola tras el drive de salida, empotró su bola en el borde del búnker y, para rematar la faena, tripateó para firmar un dolorosísimo triple bogey que reducía su ventaja a un solo golpe.

Por suerte, mientras nuestra mente recuperaba las imágenes de su atribulado final de torneo en Portugal de hace unos meses, Pablo clavaba el drive en mitad de calle en el hoyo 18, un par 5 de algo menos de 500 metros, mientras su rival, Michael, se quedaba con un tiro peliagudo entre árboles. Su magnífico hierro a green que le garantizaba el birdie obligó a Michael a forzar la situación y encontró el agua. Ya solo faltaba respirar hondo y esperar unos instantes para reeditar el título, ya que Pablo podía permitirse el lujo de tripatear.

Con el pulso afirmado por la tranquilidad que le faltó en el hoyo anterior, Pablo embocó el birdie y, después de los protocolarios saludos con su rival, sufrió el amistoso asalto de Rafa Cabrera y Álvaro Velasco, que esperaban cerca del green del 18 y lo calaron al estilo americano con un cubo de agua en lugar de arrojarlo a las turbias aguas que rodeaban el último green.

Martín reencamina de este modo una temporada en la que ya había encajado un duro revés en la final de la escuela del PGA Tour. Esperemos que Colin Montgomerie vuelva a acordarse de él para el equipo europeo del Royal Trophy, competición por equipos que enfrentará a Europa y a Asia del 7 al 9 de enero en el Black Mountain Golf Club tailandés.

Gracias a la labor de María Acacia López Bachiller disponemos de las primeras declaraciones del jugador.

Pablo Martín: “Estoy feliz, muy contento, sobre todo me da mucha alegría por haber podido dedicárselo a mi padre. (Gonzalo Martín falleció hace un año)

Esta tercera victoria me va a servir para tener un poquito más de confianza y para creer en mí mismo. También para darme cuenta de que las cosas por las que llevo años trabajando están empezando a dar sus frutos lentamente.

Últimamente le estaba pegando bien a la bola. Empecé jugando muy bien, en el uno hice birdie dejándola colgando, y en el dos eagle pegando el driver, un hierro tres muy bueno y metiendo un putt de tres metros. En el siete, otro birdie con hierro siete muy bueno a cuatro metros, y en el nueve con el ocho a unos dos metros.

Después del nueve sabía que llevaba un colchón de ventaja aunque no iba mirando las pizarras. En el 13 jugué un poco arriesgado, no estaba decidido con el palo, tenía viento en contra y cuando me puse a la bola el viento era a favor, y pegué un hierro tres en vez de la madera cinco que fue cerrando y cerrándose más, aunque tuve suerte y salvé el par.

El bogey del hoyo 14 ha sido consecuencia de lo que me había pasado en el anterior. Me fui completamente a la derecha, no la podía sacar por debajo y la tuve que jugar por encima de los árboles, dándole todo lo fuerte que podía.

En el 17 quería pegar el driver con fade, era un palo más de la cuenta y me fui al búnker de la derecha de calle. Pegué el hierro ocho y tal vez tenía que haber sido pitching ó el nueve, pegó en el talud y se me quedó tan clavada que ni se veía. Pensé: “Pablo, pero ¿qué estás haciendo?”. Estaba muy tenso, tuve que dropar, la bandera estaba larga a la izquierda, no pegué buen tiro, luego tiré un putt muy malo… total, triple bogey.

Iba para el tee del 18 pensando “Pablito, ¿qué vas a hacer ahora, lo mismo que hiciste en Portugal y cargarte el torneo? En Portugal no te concentraste y la fastidiaste, haz el favor de concentrarte ahora y no lo estropees, ¡por Dios hazlo bien, que ya eres mayorcito!”. En el 18 pegué un buen golpe de salida, un buen segundo tiro y dos putts desde unos 12 metros, ¡¡y gané!!”

Los otros dos españoles presentes en el Alfred Dunhill Championship tuvieron un comportamiento notable, sobre todo Rafa Cabrera Bello que consiguió auparse a la decimoquinta posición tras restarle tres golpes al par en su última vuelta. Álvaro Velasco tuvo un final algo atropellado y acabó compartiendo la cuadragésimo primera plaza en su vuelta al European Tour tras su magnífica temporada en el Challenge.