Después de que durante la segunda jornada Congressional mostrara su lado más amable permitiendo bastantes birdies, ayer sábado, la sede del Quicken Loans National se vistió de Major. Solo trece jugadores fueron capaces de firmar vueltas por debajo del par en un día muy exigente en el que la media de golpes fue de 72.48 (+1.48). De los cuatro líderes al comienzo de la jornada, solo Patrick Reed se libró de presentar resultado sobre par, firmando un 71 que no solo le permite mantenerse arriba sino que además lo hace en solitario y con dos golpes de ventaja respecto a sus rivales.
Las comparaciones con el US Open que albergó hace tres años no tardaron en aparecer en boca de los jugadores. Al rough alto de las dos primeras vueltas se le añadió en la jornada del movimiento unos greenes rápidos que han ido ganando en firmeza según ha avanzado la semana y unas banderas propias de la USGA.
Marc Leishman, colíder al comenzar la vuelta, se lo dijo a su caddie jugados los nueve primeros hoyos: «parecía un US Open porque hay algunas banderas a las que no había opción de atacar. Es un campo complicado, largo, en el que si no estás en la calle, no tienes opción». Acabaría firmando un 73 (+2) con el que ha caído a la segunda posición empatado con Freddie Jacobson y Seung Yul Noh, autor de la mejor vuelta del día con un soberbio 66 (-5).
Ni el coreano se libró de bogeys en una jornada en la que todo el mundo se apuntó al menos un fallo en su tarjeta y la media de golpes fue de 72.48, pero a pesar de la dureza, hay quienes quieren que el campo se mantenga así de cara a la jornada final. Parece lógico que uno de ellos sea Justin Rose, ganador del US Open en Merion el año pasado en unas condiciones durísimas. Tras su vuelta al par (71 golpes) marcha en la quinta posición con -3 y es detractor de un posible manguerazo que haga que los greenes estén más receptivos. «Lo único que temo es que al haber una clasificación tan apretada, si riegan el campo y sale un día caluroso como el de hoy, alguien podría llegar pronto con un resultado aspirante».
No le falta razón al inglés al referirse a la parte alta de la tabla en la que veinte jugadores se encuentran en un margen de cinco golpes. Las bromas son inevitables al ver a Patrick Reed en lo más alto, un jugador que tras ganar en Doral el Campeonato del Mundo del Cadillac Championship, afirmó que se consideraba uno de los mejores cinco jugadores del mundo.
De momento, está demostrando ser el mejor de esta semana y es cierto que si consigue hoy la victoria, argumentará con más razones su bravuconada. De imponerse este domingo sería el cuarto jugador desde 1970 que consigue cuatro victorias en el PGA Tour antes de cumplir 24 años, logro conseguido únicamente por Rory McIlroy, Tiger Woods y Phil Mickelson.
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