Aprovechamos para dar la bienvenida a la familia de Crónica Golf a Irene Acosta, estudiante de Periodismo Bilingüe en la Universidad Carlos III de Madrid y actualmente en la Universidad de Miami, que nos cuenta su intensa jornada en el TPC Blue Monster donde presenció la segunda jornada del Cadillac Championship.
Todos estamos acostumbrados a lo exagerados que son los americanos para algunas cosas pero, tras más de medio año al otro lado del charco, aún consiguen sorprenderme.
Tras una trepidante aventura por el terrible sistema de transporte público de Miami, consigo vislumbrar el tan famoso cartel de “Bienvenidos” que luce imponente en la entrada del Trump National en Doral.
Armada con mi bolso repleto de las cosas que voy a necesitar durante mi jornada de diez horas en el Cadillac Championship, me dispongo a entrar en tan majestuoso santuario del golf cuando dos amables voluntarios me dicen que llevo un bolso demasiado grande para entrar al campo. Después de revisarlo, se lo quedan en consigna a la espera de que lo recoja cuando tenga a bien salir del campo. ¿Un bolso demasiado grande? ¿En qué se basan para decidir qué bolso es grande y cuál no? ¿Dónde está el límite de tamaño y por qué no lo avisan a la hora de comprar la entrada para que no te pille de sorpresa? Llevaba un bolso de tamaño medio en el que caben un par de carpetas y el inseparable compañero de todo periodista: el cuaderno de notas. En fin… Una incomodísima bolsa de plástico se convirtió entonces en mi nueva compañera. Lo mejor es que ahí no acaba la cosa.
Como parte de esta crónica, y aprovechando que tengo la oportunidad de presenciar “in situ” el evento, decidí darle un poco de color a mis escritos e incluir los “sonidos de Doral”. Con una pequeña grabadora de voz (que no emite ninguna clase de ruido ni perjudica en ninguna medida el juego) pretendía haceros llegar un poquito de la esencia del golf: los espectadores y sus reacciones, pero tras quince broncas en menos de media hora, e innumerables explicaciones, tuve que abandonar a mi pequeña compañera. Ahora resulta que al igual que las imágenes, los “sonidos de Doral” también tienen ‘copyright’… La próxima vez optaremos por la vía “profesional” y no por la vía “turística” y confío en que haya menos problemas.
El colmo de los colmos viene cuando a los espectadores no les dejan ni siquiera hacerles una foto a sus ídolos una vez han terminado la vuelta y entregado la tarjeta. Evidentemente, el tema de las cámaras tiene que estar controlado por el bien del juego, aunque llegar a este extremo me parece demasiado. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Ya sabemos cómo son estos americanos….
No todo han sido malas experiencias con los voluntarios hoy. Tras una conversación bastante amena con el encargado del control del público del tee del 6, James, acerca de la Sagrada Familia de Barcelona y del hecho de que lleve años y años en construcción, el buen señor muy amablemente ha decidido regalarme una entrada para la jornada de mañana, por lo que podré disfrutar un día más de este espectacular recorrido y del emocionantísimo desarrollo del torneo.
La ventaja de poder asistir a un torneo en directo es que ves detalles que en la televisión no te muestran. Si alguna vez han visto en una retransmisión del PGA Tour cómo en una repetición del golpe se reproduce con una línea roja el vuelo completo de la bola, eso significa que han comprobado la utilidad del Trackman.
Colocados en el hoyo 8 del Trump National, encontramos tres radares que nos permiten conocer toda esta información. Los dos situados en la parte trasera del tee miden la velocidad del impacto, mientras que el radar colocado justo por delante de las barras de salida monitoriza el vuelo completo de la bola hasta que bota por primera vez. Una vez en el suelo, y tras acabar de rodar, el voluntario de Shotlink (el sistema de medición del PGA Tour) apunta con su láser directamente a la bola y envía la información de la distancia total a Shotlink y a Golf Channel.
Según Justin Padjen, con siete años de experiencia en el manejo del Trackman, durante el fin de semana contarán con ello en el hoyo 8 y muy posiblemente en el 16 si se puede atacar el green con el driver.
Tras una primera jornada un tanto decepcionante, Tiger ha firmado una vuelta de +1 que le ha permitido subir 45 puestos en la clasificación, protagonizando así la mayor escalada del día, en parte gracias a un tremebundo putt de 28 metros embocado en el hoyo 4. Se trata del putt más largo embocado en el PGA Tour en las últimas cinco temporadas y el putt más largo para Woods desde 2001, cuya celebración se ha oído en todo el campo.
Pequeño zarpazo de Tiger que en la tercera jornada intentará recortar distancias con el cuarteto de líderes que se encuentran en -1. Si se repiten las condiciones de hoy, seis golpes de ventaja no son nada definitivos en un campo que se ha mostrado tremendamente fiero bajo estas difíciles condiciones.
Una hipotética victoria del número uno del mundo supondría su título número 80 en el PGA Tour. Como una familia de fans atestiguaban hoy en sus camisetas, y en la cabeza rapada del menor de los hijos (sí, habéis leído bien, en la cabeza rapada), Woods tiene 79 victorias y 14 majors “and counting”…
El agua nunca es un aliado en el golf, y ya quedo claro el jueves al tener que ser suspendido el torneo por la aparición repentina de una tremenda tormenta. Sin embargo, en esta segunda ronda el sol brillaba y… el viento soplaba. ¡Y vaya si soplaba! Como contaba Gonzalo Fernández-Castaño en esta entrevista, La combinación de ambos ha acabado por arruinar las actuaciones de gran parte de los 68 mejores jugadores del mundo. Y es que cinco vueltas por encima de 80 golpes, a estos niveles, no se ven muy a menudo.
Y hablando de combinaciones peligrosas…. Westwood y la prensa. Evidentemente no ha sido el mejor día para el inglés hoy y, tras más de una hora de entrenamiento vespertino (que he presenciado casi en su totalidad), no ha considerado que fuese buen momento para dedicarme unas palabas sobre la jornada. Esperad un momento… ¿para Westwood alguna vez es un buen momento para hablar con la prensa?
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