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Zona Pro

Pinehurst como juez del US Open 2014

Redacción | 11 de junio de 2014

Adam Scott practicando en Pinehurst nº2

114 años de historia con campos imposibles, resultados ganadores sobre el par, territorio hostil para la mayoría de jugadores y prueba de fuego para la resistencia mental de cualquiera, donde los campos no se adornan con azaleas sino con trampas y calles largas y estrechas. Damas y caballeros, bienvenidos al torneo más difícil del año, bienvenidos al US Open 2014.

La ausencia de Tiger Woods en el torneo por lesión nos deja un protagonista por encima de todos, el campo de Pinehurst nº 2, reforzado por el componente emocional que supone jugar en el lugar donde uno de los iconos del golf estadounidense, Payne Stewart, ganó su último US Open en 1999 pocos meses antes de fallecer en un accidente en avioneta, y al que se le está recordando constantemente durante esta semana.

Además, el cambio de imagen que sufrió el campo en 2011 con la decisión de prescindir del rough y dejar esas zonas tal y como se podría haber jugado en los años 30 o 40 supone todo un reto para los jugadores, aunque la preocupación previa parece disiparse para algunos después de la ronda de prácticas.

Intentaré jugar de forma agresiva. Es verdad que necesitas un poco de suerte en esas zonas, pero son jugables. Puedes llevar la bola a green nueve de cada diez veces, así que habrá que confiar en el juego corto”, sentenció Phil Mickelson, uno de los favoritos para llevarse el torneo.

El de California ha sido segundo en seis ocasiones en el abierto de su país, incluida la vez que se jugó en este campo en el 99. Sin embargo, puede que este año la ausencia de rough compense la longitud del campo y la necesidad de jugar el drive en casi todos los hoyos, y premie a jugadores más cómodos con los hierros y alrededor de green como Mickelson.

A pesar de ello, los 6915 metros del recorrido de Carolina del Norte seguirán siendo un condicionante básico a la hora de evaluar los posibles favoritos para optar a la victoria final.

Uno de ellos es Justin Rose, ganador el año pasado pero que cuenta con un importante hándicap: sólo seis jugadores en la historia han conseguido defender título y cinco de ellos son de antes de la década de los cincuenta.

Otro antiguo ganador del torneo, Rory McIlroy, viene de imponerse en un emblema como es Wenworth y llenar su bolsa de confianza, pese a que su última aparición en el PGA Tour fue bastante ciclotímica (con 63 y 78 en las dos primeras vueltas en The Memorial). Aunque no podemos hablar del jugador que alcanzó la gloria en Congressional en 2011, un 80% de Rory es mucho jugador.

Adam Scott y Jason Day deben estar en todas las apuestas para ganar cuando se trata de majors. El número uno del mundo ya sabe lo que es saborear el triunfo gracias a su victoria en el Masters, pero cuenta como principal hándicap su rendimiento no muy lucido en los US Open. De hecho, es el único «grande» en el que aún no ha logrado un top ten, un dato que contrasta con los dos obtenidos por su compatriota Day en el US Open.

Vuelven a ser los jugadores estadounidenses los que parten de nuevo como máximos favoritos, un hecho refrendado por la historia (hasta 80 veces se quedó en casa el trofeo). Webb Simpson, que ya sabe lo que es ganar un US Open, Bubba Watson, Matt Kuchar, el citado Mickelson, Dufner y Dustin Johnson, que está en un momento de forma espectacular, son sin duda la punta de lanza de la escuadra estadounidense, todo con el permiso de Jordan Spieth.

Después de la exhibición en el Masters y su gran papel en The Players, Spieth es para muchos uno de los que puede hacer saltar la banca del torneo. Su desparpajo con ese punto de inconsciencia juvenil al afrontar los torneos le convierten en una estrella para el público y los medios, aunque quizás le falte manejar sus impulsos en las rondas finales para convertirse en ganador de un grande.

Respecto a los españoles, quizás este año sea uno de los más complicados para la armada. Con Sergio convaleciente de su rodilla, Pablo Larrazábal debutando en el US Open y Jiménez al que se le pueden hacer muy largas cuatro rondas en Pinehurst, Gonzalo Fernández-Castaño podría partir como la mejor opción, aunque sus antecedentes este año no sean demasiado halagüeños. Después de casi media temporada en EE. UU., el madrileño le empieza a coger el truco a los campos estadounidenses y su top 10 del año pasado le tiene que dar confianza.

Por tanto, todo está preparado para dar el pistoletazo de salida a la que es probablemente la semana más complicada para la élite del golf mundial. Cuatro días de sufrimiento en busca de notables recompensas: los aproximadamente 1,5 millones destinados al ganador de los 8 que se repartirán en premios, los 10 años de exención en el US Open y cinco en los demas majors, en The Players y en el PGA Tour y, por encima de todo, la gloria que otorga el triunfo en un major, que permite entrar en la historia por la puerta grande.

Horarios de salida de la primera ronda

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