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Zona Pro

Por si quedaba alguna duda…

Óscar Díaz | 03 de febrero de 2013

Phil Mickelson es uno de esos pocos jugadores que siempre te tiene con el alma en vilo. Su talento desbordante y su genialidad sin límites le llevan a protagonizar momentos estelares y, por qué no decirlo, algunos colapsos extraños en otros golfistas de élite de perfil más bajo. Como dijo David Feherty hace unos años «ver jugar a Phil Mickelson es como ver a un borracho persiguiendo un globo al borde de un acantilado». Siempre espectacular, pero siempre bordeando el desastre.

Por eso había quien dudaba de la capacidad del californiano para cerrar el Waste Management Phoenix Open pese a las dos exhibiciones de las primeras jornadas… y es que en ambas vueltas hubo pinceladas de ese carácter dual del genio zurdo: una corbata malhadada en el último hoyo le dejaba sin un merecido 59 el primer día, y un inesperado doble bogey en ese infausto 18 en el segundo parcial le bajada del pedestal y le colocaba a una distancia notable pero accesible a falta de 36 hoyos.

Y pese a su buen comienzo en la tercera vuelta, con dos birdies en los cinco primeros hoyos, el avance de Padraig Harrington y, sobre todo, del letal Brandt Snedeker despertó ciertas dudas entre la parroquia reunida en el TPC de Scottsdale (casi 180.000 almas, récord histórico del torneo, todo sea dicho). A tres golpes se llegaron a poner sus perseguidores más inmediatos, tres impactos que se antojaban una ventaja ligera dados los vaivenes producidos en los dos días anteriores.

Pero Mickelson no estaba dispuesto a dar cancha a los muchos «Santo Tomás» que siguen su andadura profesional y cerró el torneo a lo grande, con cinco birdies en los seis últimos hoyos, bordeando el hoyo en 1 en el bullicioso 16 ante un público entregado y acabando como los grandes, con seis golpes de ventaja sobre un Brandt Snedeker que ya tuvo que conformarse con el segundo puesto la semana pasada en el Farmers Insurance Open.

Todavía está reciente la maldición del líder de la tercera jornada que arrasó las esperanzas de muchos jugadores durante 2012, pero Mickelson está exhibiendo una superioridad aplastante y ya suma un -24 sobrenatural que le ha llevado a empatar el récord de anotación del torneo después de 54 hoyos, y estar a solo un golpe del récord histórico una vez disputadas tres vueltas.

Con dudas o sin ellas, Phil Mickelson está dando todo un espectáculo.

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