Cuando el pasado 18 de mayo Miguel Ángel Jiménez firmaba el par en el primer, y definitivo, hoyo de desempate y derrotaba al australiano Richard Green y al barbilampiño belga Thomas Pieters, no solo lograba para deleite del numerosísimo público que abarrotaba las instalaciones del PGA de Catalunya su primer Open de España y de paso se desquitaba de esa furtiva bola que seis años antes se marchaba al agua cuando atacaba la bandera de un hoyo 10 del Real Club de Golf de Sevilla que frenó en seco su hasta entonces triunfal marcha hacia la victoria, sino que le daba al golf nacional el séptimo entorchado desde que el Abierto pasara a formar parte del calendario internacional del Circuito Europeo en 1972… Es decir, siete triunfos de cuarenta y dos ediciones disputadas.
A primera vista nos puede parecer un botín escaso, pero a diferencia de los Abiertos Nacionales de Sudáfrica, Australia o de los torneos que pueblan el PGA Tour donde prácticamente la mitad de la lista de entradas está integrada por golfistas nacionales, lo que por simple probabilidad matemática dispara las opciones de victoria local, esta “sequía” es una realidad que se suele repetir en el resto de abiertos del circuito, y que está siendo corroborada a tenor de los resultados obtenidos en la actual temporada en el Viejo Continente.
Henrik Stenson (nº 2 del OWGR) desembarcaba en el PGA Sweden National de Malmö como máximo favorito para la victoria en un Nordea Masters que en sus veinticuatro años de vida ya había presenciado seis victorias locales (Jesper Parnevik, 1995, 1998; Joakim Haeggman, 1997; Peter Hanson, 2008; Richard Johnson, 2010, Alexander Noren, 2011). Tras la disputa de las tres primeras jornadas, el blockbuster sueco (ganador de la Race To Dubai y de la FedEx Cup en 2013) observaba desde el primer puesto compartido con el semidesconocido inglés Eddie Pepperell (flor de un día en el Open de España dos semanas antes) como solo dieciocho hoyos le separaban de un trofeo ausente en su ya lustroso palmarés. Un bogey en el 18 le alejaba de un playoff a tres donde el veterano tailandés Thongchai Jaidee se impondría a base de birdie a dos futuribles rydercuppers como Stephen Gallacher y Victor Dubuisson.
Una semana más tarde, Bernd Wiesberger forzaba el playoff en el Lyoness Open en un intento desesperado por hacerse con un hueco en el The US Open Championship, que a la postre lograría. Sin embargo, un espectacular putt de birdie de más de veinte metros del sueco Mikael Lundberg evitaba lo que hubiera supuesto su segundo triunfo en tres años, y lo más importante, el tercero desde que el Abierto austriaco se integrara en el European Tour en 1990, primero, y en 2006, después de una etapa en el secundario Challenge Tour.
Con la resaca del The US Open Championship aún reciente, el Circuito Europeo se engalanaba para una nueva edición de su torneo más bullicioso, el The Irish Open. Como habréis podido leer en nuestros análisis de Crónica Golf, Graeme McDowell no pudo seguir la senda de regularidad del finlandés Miko Illonen, merecido vencedor final. Habrá que esperar a 2015 para ver si en su regreso al Ulster el golf irlandés se hace con su quinto triunfo tras los éxitos de Christy O’Connor Jr en 1975 (el primero bajo el paraguas del Circuito Europeo), John O’Leary en 1982, Pádraig Harrington en 2007 y Shane Lowry en 2009.
A medida que transcurra el verano europeo podremos comprobar qué golfista consigue ser profeta en su tierra y sigue los pasos de Miguel Ángel Jiménez. Las próximas citas: BMW International Open (Martin Kaymer y su victoria en 2008 es lo único destacable en un palmarés esquivo desde su creación en 1989), Alstom Open de France (tres victorias locales desde 1972, la última Thomas Levet en 2011), The Aberdeen Asset Management Scottish Open (siguen sin encontrar continuidad al triunfo de Colin Montgomerie en Loch Lomond Golf Club en 1999), Omega European Masters (la escasa tradición golfística de este país alpino explica la ausencia de victoria local en los noventa y un años de vida del antiguo Swiss Open), The KLM Open (en 2013 Joost Luiten derrotaba en el desempate a Miguel Ángel Jiménez y terminaba de un plumazo con la maldición que asolaba al Abierto desde su integración en el Circuito Europeo en 1972) y The Italian Open (Francesco Molinari en 2006 despertaba a sus compatriotas de una letargo que databa de 1980 cuando Massimo Mannelli se impuso en el Club de Golf de Roma ante un Nick Faldo que finalizaba cuarto a seis golpes).
Hagan juego señores.
Deja un comentario