Como los grandes campeones, con un eagle majestuoso después de pegar dos golpes de libro en un hoyo 18, un par 5 que se le había atragantado en dos de las tres jornadas anteriores. Así ha certificado Álvaro Quirós la mejor victoria de su carrera en el Dubai World Championship, cierre de la temporada del European Tour y marchamo definitivo de la calidad que atesora el jugador de Guadiaro.
Y es que el 2011, pese a los vaivenes en su rendimiento, ha servido para que Quirós crea en sus posibilidades y crezca como jugador, para que afronte cualquier campo, le guste o no, con opciones y le plante cara a quien sea y donde sea. El triunfo de Dubái podría ser un nuevo punto de inflexión en su carrera, pero Quirós ya había dejado patente que se escapa al estereotipo de pegador en el que algunos pretenden encasillarle y es un golfista pleno de matices, aunque su potencia sea innegable. Y ahí están sus grandes vueltas en terrenos tan diferentes y complejos como Sawgrass, Augusta o Congressional, o un dato contundente: es el único jugador que ha logrado al menos una victoria en las cinco últimas temporadas del European Tour.
Pero el triunfo en Dubái, escenario de sus dos victorias de 2011, no ha sido nada fácil. Quirós comenzaba como un tiro, con tres birdies consecutivos, pero se encontraba con la enconada resistencia de un Paul Lawrie resucitado este año (y que ganó la última edición del Open de Andalucía). Pese al gran inicio de Quirós, el campeón del Open Championship de 1999 llegó a arrebatarle el liderato en el hoyo 9 mientras el español intentaba bajarse de la montaña rusa en la que se había convertido su vuelta (cinco birdies, tres bogeys y un solo par en los 9 primeros hoyos).
Llegada la calma, era Lawrie el que dudaba y se frenaba, mientras el español aprovechaba para sacar partido a los dos pares 5 de la segunda vuelta. Por detrás, el sueco Hanson ahogaba sus opciones en el obstáculo de agua del 17 y Donald daba la enésima lección del año acabando con tres birdies consecutivos para subirse al tercer cajón del podio.
Y llegó la catarsis del 18, hoyo que Quirós alcanzó con dos maderas 3 magistrales, y que acabó metiendo un larguísimo putt con piano y pronunciada caída de derecha a izquierda. Después, estallido de alegría, choque de manos con su caddie, Mike Kerr, y felicidad desbordante en los rostros de los españoles que aguardaban junto al green del 18.
Innegable la sintonía entre Álvaro Quirós y los cuidados recorridos de Oriente Medio, con tres victorias (la mitad de las que tiene) y ocho top ten en sus trece participaciones, además de haberse convertido en el primer jugador que gana tres torneos distintos del European Tour en el desierto.
Esta victoria, ante uno de los mejores planteles del año, le catapulta al vigésimo primer puesto del ránking mundial (justo por delante de Tiger Woods) y le clasifica para el Masters de Augusta (ya estaba metido de oficio en el US Open y el Open Championship) además de proporcionarle un cheque de más de 900.000 euros y otros 332.000 de bono por haber acabado sexto en la Race to Dubai.
Además de la victoria de Quirós, el otro protagonista de la jornada ha sido el inglés Luke Donald, que ha pasado a la historia como primer ganador de las listas de ganancias del European Tour y del PGA Tour siendo miembro de ambos circuitos, y que aumenta la diferencia en el ránking mundial con respecto a Rory McIlroy gracias al tercer puesto conseguido en Dubái.
Con respecto a los demás españoles, hay que destacar la gran actuación de Pablo Larrazábal, décimo clasificado, y Sergio García, undécimo. A Rafael Cabrera Bello, vigesimosexto, se le ha escapado la clasificación para el Open Championship y Gonzalo Fernández Castaño, vigesimonoveno, no ha podido meterse en el top 50 del mundo que le habría otorgado el pasaporte para Augusta, pero tiene margen en los primeros meses del año para ascender las pocas plazas que le faltan en el escalafón mundial. Por último, Miguel Ángel Jiménez volvió a jugar bajo par en un campo poco propicio para él y ha acabado cuadragesimocuarto.
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