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Rafa ha aprovechado el tiempo en vacaciones

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Enrique Soto | 16 de enero de 2014

Fue un quiero y no puedo durante doce meses. Rafael Cabrera-Bello afrontó el 2013 tras llevar a cabo su mejor temporada como profesional, con victoria en Dubai y varias actuaciones memorables incluidas. Jugó los World Golf Championship, tres de los cuatro grandes y parecía asentarse entre los cincuenta mejores del Ranking Mundial, como quien sabe que está preparado y los éxitos son solo una cuestión de tiempo. El año pasado, sin embargo, las cosas estuvieron lejos de salirle como esperaba. Fueron días de agachar la cabeza, seguir trabajando y esperar que el golf que le llevó a la élite volviera a aflorar.

Cinco semanas después, el grancanario volvió a la competición como muchos de sus rivales en el Circuito Europeo, en el Abu Dhabi HSBC Golf Championship. El torneo amable que habían planteado los organizadores en el pasado ha dado lugar a un recorrido fiero desde el tee, con un rough fuerte, largo y cortado en sentido contrario al juego. Fueron muchos los que lo sufrieron en estos primeros compases. Véase, por ejemplo, a Sergio García, que llegó con molestias en el hombro al primero de los hoyos y tuvo que ser atendido durante su vuelta dos veces por un fisioterapeuta del circuito. Debía de llevarse las manos a la cabeza cuando le veía fallar la calle. Fue un más cuatro para él, pero más importante para su futuro inmediato es si logrará finalizar esta desafortunada prueba hasta el domingo.

Rafa, sin embargo, consiguió poner en práctica las cosas que había trabajado durante este descanso invernal. Si no estuvo a gusto por cómo había pateado durante los últimos tiempos, él se puso a mejorar la forma en que tocaba la bola. Si no se encontró a gusto con su juego largo, llevó a cabo pequeños ajustes en su swing. En el deporte de las incertidumbres, ha seguido recetas o remedios sencillos y directos a paliar sus errores, una vía directa para ser mejor jugador. Cuando terminó sus primeros 18 hoyos en el Abu Dhabi Golf Club, declaró: “He jugado el golf que sé que puedo jugar”.

Un bogey en el 1 fue una pista falsa sobre lo que vendría a continuación: seis birdies y once pares. Si el campo se mostrara fiero cuando sacaba el driver de la bolsa, cogió prácticamente cada calle del recorrido; si tenía que recuperar alrededor de green, lo hacía con soltura; y cuando afrontó putts algo tensos, de esos que determinan el resultado, simplemente aplicó las conclusiones que sacó en navidades. Cabrera-Bello firmó 67 golpes y se situó líder del campeonato, un premio por el entrenamiento, práctica o trabajo con sentido.

No fue el único que alcanzó dicha cifra. Romain Wattel y Matthew Baldwin igualaron al español en la tabla, mientras que Lee, Coetzee, McGinley, Lima, Van der Walt, Warren y un Joost Luiten en estado de gracia se quedaron en cuarta posición con un impacto más. Nadie conseguía superar el menos cinco, pero los birdies no dejaron de estar a la orden del día. Pablo Larrazábal, que también ha trabajado duro durante las últimas semanas, llegó hasta el menos tres para quedarse en decimo primera posición.

Se trata de un torneo de grandes nombres y algunos de ellos ya coquetearon con la cifra que necesitan para atacar durante las próximas jornadas. Rory McIlroy, por ejemplo, llegó hasta el menos dos; al igual que Martin Kaymer o Luke Donald. Matteo Manassero se quedó en menos uno y Phil Mickelson en el más uno, en quizá uno de los pocos días en su carrera en que no consiguió un solo birdie. El todopoderoso Stenson comenzó el año con un más dos.

Eduardo de la Riva marcha con menos dos, mientras que Álvaro Quirós y Alejandro Cañizares con menos uno. Jorge Campillo y Nacho Elvira firmaron el par, Miguel Ángel Jiménez una vuelta de más uno, José María Olazábal de más dos, Carlos del Moral de más tres y Adrián Otaegui de más cinco.

Resultados completos