Muirfield ha abierto amablemente sus puertas a la competición. Venid y confiaros, parecía decir. Sus nueve primeros hoyos recibieron a los participantes del turno de mañana del Open Championship con los brazos abiertos y ellos propusieron un asedio constante desde el primero de sus hoyos. Véase, por ejemplo, la tarjeta de Zach Johnson, el mejor clasificado por el momento: llevaba tres birdies y un eagle cuando pisó el tee del 8. Campo duro y firme, sí, pero mientras el viento no se esfuerce en cobrar protagonismo existe un método de hacerle daño.
Y de formas y estrategias de afrontar recorridos, Miguel Ángel Jiménez guarda un buen puñado de memorias. A los 49 ha tenido la oportunidad de jugar cientos de recorridos de mil tipos y colores, por lo que no le han pillado por sorpresa las condiciones que debía afrontar hoy. Ha salido a jugar como quien sale a comprar el pan por las mañanas y en sus primeros tres hoyos sumaba ya tres aciertos. Plan y ejecución. Dos birdies más en sus primeros nueve le situaban con menos cinco y con la sensación de que esto sigue siendo un grande, pero ya no pesa tanto como los primeros que disputó.
Los segundos nueve hoyos de Muirfield, sin embargo, mostraron la otra cara que siempre esconde el Open, esa fina línea que separa la confianza del peligro. Miguel, por ejemplo, se tambaleó ligeramente con dos bogeys y finalizó su vuelta con unos excelentes 68 impactos (menos tres), que le han situado muy arriba a las primeras de cambio. Las conclusión al verle jugar hoy fue que en este escenario se pueden encadenar maravillosas rachas donde el fallo no parece una posibilidad, pero que también basta solo con un mal impacto para preguntarse a dónde ha ido a parar un buen resultado.
Más equilibrada fue la vuelta de Rafael Cabrera-Bello, que distribuyó sus buenos hoyos a través de todo el recorrido: tres birdies en sus cinco primeros y otros tres a lo largo de los segundos, más exigentes con estos jugadores. Pero más que su enorme capacidad para generar aciertos, cimentada en un gran día en los greenes, es preciso fijarse en su habilidad para salir de los líos. Sus errores vinieron en el 9 y en el 15 y no pasaron de ahí, de un peaje inevitable que hay que pagar en este torneo de vez en cuando, sin aviso previo. Rafa firmó 67 impactos y está a un solo golpe de Zach, a buen seguro muy arriba cuando la noche caiga en Escocia.
Dustin Johnson y Brandt Snedeker renovaron su papel de firmes aspirantes a levantar un trofeo grande con vueltas de 68 impactos (menos tres), mientras que Phil Mickelson, Ángel Cabrera y Todd Hamilton terminaron con menos dos. Gonzalo Fernández-Castaño, con menos uno, salió vivo de unos primeros nueve hoyos algo flojos (mas uno), pero muy bien compensados por los segundos (menos dos). Implacable de tee a green y algo dubitativo con el putt a las primeras de cambio, cimentó la que tiene pinta de ser su mejor actuación en un Open.
No es difícil perder este torneo nada más comenzarlo. Rory McIlroy puede haber enterrado sus opciones con una vuelta de 79 golpes (seis bogeys y dos dobles bogeys) en esta primera jornada. Son tiempos duros para su enorme talento, pero quién sabe. El viento puede cambiar en cualquier momento y dar la vuelta a la clasificación.
Asian Tour Brandt Snedeker Dustin Johnson European Tour FedEx Cup FedEx Cup 2013 Gonzalo Fernández-Castaño Miguel Ángel Jiménez Muirfield Open Británico Open Championship Open Championship 2013 PGA Tour Phil Mickelson Race to Dubai Race to Dubai 2013 Rafa Cabrera-Bello Rory McIlroy Schweppes Zach Johnson
Deja un comentario