Aunque al golf profesional se le pueden aplicar un buen número de refranes y aforismos, el latino «sic transit gloria mundi» encaja de maravilla. Los triunfos son efímeros y la excelencia se desvanece de un día para otro… e incluso de un minuto para el siguiente, fruto de un golpe desafortunado o un momento de mala suerte. Todos los profesionales de golf son conscientes de la naturaleza voluble del deporte al que se dedican, pero no por ello se digieren mejor los reveses. Y si no que se lo pregunten a Pablo Larrazábal…
El barcelonés llegaba al segundo par 3 del Kennemer Golf & Country Club como líder del KLM Open después de seis pares y un birdie en el par 5 del 7, pero su desviada salida en el hoyo 8 encontraba el rough profundo y, permítannos otra cita, una serie de catastróficas desdichas le hacía salir del hoyo con un durísimo cuádruple bogey con el que su vuelta descarrilaba. Luego, un bogey y un doble bogey en los hoyos 10 y 11 ahondaban en la herida, aunque el barcelonés conseguía contener la hemorragia en el 13 con el último birdie de un día doloroso. Al final, +5 en el día y decimocuarto en el acumulado con -5. Como él mismo indicaba en su cuenta de Twitter: «Así es el golf y por eso lo amamos tanto».
Mientras tanto, Paul Casey era el primero en hacerse notar con un 62 que igualaba el récord establecido apenas 24 horas antes por Larrazábal y finalizaba tercero con un gran -10 en el acumulado, mientras que en la zona alta el joven francés Romain Wattel empezaba con su particular exhibición en los greens del recorrido holandés para anotarse siete birdies y un único bogey en el hoyo 17 para adquirir tres golpes de margen sobre el escocés Richie Ramsay.
El francés es una de las mayores esperanzas que tiene el golf galo y se lleva tiempo esperando su primera victoria, aunque a Wattel no parece afectarle la presión.
«No me influye que la gente diga que voy a ganar en el European Tour. Sé que si juego bien, algún día ganaré. Puede que sea mañana o dentro de dos años. Lo más importante es jugar bien al golf», declaraba Wattel.
«Es la primera vez que lidero un torneo después de tres días, así que es genial. Mañana no será fácil. Se espera que haya viento, pero estoy contento en esta situación. Siempre es estupendo estar en el último grupo del torneo y me gusta sentir la presión. En los momentos tensos se producen los mejores golpes», concluía el francés.
Pero para hacerse con el título deberá vencer la resistencia de sus cualificados rivales, entre los que destaca un Richie Ramsay que lleva una racha espectacular (cuarto en Italia, octavo en Suiza y de nuevo en la pelea por el título en Holanda), sin olvidar a los ingleses Casey y Sullivan, el estadounidense Uihlein o el local Joost Luiten, defensor del título.
Precisamente su rival en el playoff del año pasado, Miguel Ángel Jiménez, firmaba una gran vuelta de 66 golpes que le permitía escalar hasta la vigésimo segunda plaza con -4 junto a Gonzalo Fernández-Castaño, antiguo ganador del torneo y autor del mismo resultado. Por detrás, Nacho Elvira es trigésimo cuarto con -1 después de su segunda vuelta consecutiva bajo par.
Resultados y clasificaciones de la segunda jornada del KLM Open
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