Silenciando todas las voces que ponían en duda que pudiera repetir la hazaña de la primera jornada, Rory McIlroy ha jugado un golf apabullante que le ha llevado hasta el -12 en el marcador del Open Championship, con un colchón de cuatro golpes sobre Dustin Johnson, que ha firmado la mejor vuelta del día en lo que ha sido una remontada espectacular.
«Simplemente pensaba en firmar una buena ronda de golf y seguir mi plan. Y he salido a jugar y lo he llevado a cabo como quería. He jugado una ronda de golf muy sólida y solo necesito dos más de estas», declaraba el norirlandés.
Este Open, con el permiso de Dustin Johnson y el resto de competidores, está cogieno tintes de lo que aconteció en Congressional en el US Open que Rory ganó brillantemente con ocho golpes de ventaja allá por 2011. Cuando Rory alcanza ese nivel de juego, es capaz de relajarse y llegar hasta un nivel de concentración casi imperturbable.
«No se cómo describirlo. Simplemente siento paz interior en el campo de golf. Me siento muy cómodo en esta posición, muy cómodo con lo que estoy haciendo. Ojalá pudiera hacerlo más a menudo», concluía McIlroy, que avanza a pasos agigantados hacia su tercera victoria en un major.
Al número uno de mundo, Adam Scott, le ha tocado lidiar con las condiciones más complicadas. Si ayer conseguía ser el mejor del turno de tarde, finalizando con -4, hoy ha vuelto a demostrar el gran juego que tiene y ha conseguido mantenerse arriba pese a las rachas de viento de cerca de 40 km/h y a un putt que está siendo un verdadero quebradero de cabeza para el australiano.
«He jugado bien, pero no he conseguido sacar ventaja de mis golpes buenos. He recuperado bien y ha sido importantísimo terminar con un par de birdies para estar posicionado el fin de semana», afirmaba Scott.
El australiano, que ha tenido que jugar en condiciones mucho más duras que la gente de arriba, avisaba de su potencial en igualdad de condiciones.
«Le estoy pegando muy bien a la bola. Así que cuanto más se complique el tiempo, mejor para mí, si puedo seguir pegándole igual a la bola», declaraba el número uno del mundo, que se ha librado de un plumazo de los rivales que intentan destronarle en el ranking mundial.
El australiano analizaba su vuelta justo cuando la de McIlroy comenzaba y nadie, ni siquiera el propio norirlandés, podía imaginarse el tremendo golpe en la mesa que iba a dar, abriendo un hueco de cuatro golpes con respecto a su más inmediato perseguidor.
Por su parte, Tom Watson, el más veterano del plantel, ha vuelto a demostrar la grandeza de este deporte. Gracias a una vuelta sostenida y trabajada en unas condiciones muy complicadas, Watson se ha colado dentro del corte y nos dará la oportunidad de disfrutar de su magnífico golf dos días más.
«Mi ronda ha comenzado bastante bien. Y entonces he cometido errores estúpidos a mitad de vuelta. En el tee del 11, después de esos errores, me he dicho a mí mismo: más vale que me ponga a jugar al golf. Y lo he hecho», sentenciaba el veterano estadounidense.
Si Tiger Woods sorprendía en la jornada de ayer diciendo que estaba más fuerte, más explosivo y que solo podía ir a mejor, su confianza no se ha plasmado en el campo de golf, donde su caída libre ha estado a punto de dejarle fuera del corte.
«Mi vuelta no ha sido buena. He tenido un comienzo horrible. Me he dado oportunidades de volver al par en el día, pero no las he convertido. No he metido nada», concluía el exnúmero uno del mundo, que tendrá que remontar desde su +2 actual para demostrar que está de vuelta.
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