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Rory McIlroy vuelve a impresionar en el US Open

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Óscar Díaz | 17 de junio de 2011

Aunque sus incursiones en el liderato de los grandes ya no cogen a nadie por sorpresa, el norirlandés McIlroy ha vuelto a dejar patente su calidad con una impecable vuelta de 65 (seis bajo par) en la primera jornada del US Open 2011 que se disputa en el Congressional Country Club. Sergio García (-2) y Álvaro Quirós (-1) han cuajado una gran actuación y conservan todas sus opciones para luchar por el torneo.

McIlroy (-6), que ha liderado tres de los cuatro últimos majors tras la primera jornada (y también estuvo en cabeza en el pasado PGA Championship), ha vuelto a demostrar que su colapso del Masters es agua pasada y ha dado una auténtica lección de golf en el durísimo campo de Maryland. Como muestra, baste el -3 que rubricó en los nueve segundos hoyos (salía por el 10), el tramo más complicado del campo (que ha asestado varias cornadas a sus compañeros de partido, Phil Mickelson y Dustin Johnson), o los 17 de 18 greenes que cogió, en los que demostró un gran pulso con el putter.

En un día atípico en el que los tres mejores del mundo (Donald, Westwood y Kaymer), que compartían partido, han sumado 10 golpes sobre el par del campo y la principal estrella estadounidense, Phil Mickelson, firmaba un 74 que podría haber sido perfectamente un 82 sin la magia del zurdo de Arizona, el protagonismo no acaparado por McIlroy acabó en el zurrón de varios recientes ganadores de grandes.

El coreano Yang recordó por momentos al guerrero que batió a Tiger en el PGA en Hazeltine, y Schwartzel estuvo a punto de emular su espectacular racha de birdies ganadora del Masters en el tramo final de su vuelta y mantiene vivas las esperanzas de su improbable Grand Slam. Junto a ellos, y algo más desapercibidos, encontramos al sudafricano Louis Oosthuizen con -2 y a Graeme McDowell con -1, vigentes campeones de los dos principales abiertos del mundo y compañeros de partido en la jornada de hoy.

Como nota final, también es destacable el discretísimo papel del contingente estadounidense en el abierto de su país, en cuyo top 9 solo figura Ryan Palmer, un jugador sólido pero de escaso pedigrí. A cambio, en ese top 9, una auténtica ONU, figura un norirlandés (McIlroy), dos coreanos (Yang y Kim), un español (García), dos sudafricanos (Schwartzel y Oosthuizen), un australiano (Hend) y un brasileño (el sorprendente rookie Alex Rocha).

Después de la ausencia de Tiger, las debacles de Mickelson y Dustin Johnson y las vueltas difuminadas de Stricker o Watney, habrá que ver qué efecto tiene esta ofensiva multinacional en las audiencias televisivas estadounidenses, poco proclives a aceptar estos cambios en el statu quo del golf mundial.