27 de Septiembre de 2014
El agregado de puntos obtenidos por ambos equipos en los foursomes en estos dos dÃas es de 7-1 a favor del equipo europeo. Esto no es casualidad. En la modalidad en la que más necesaria es la compenetración, donde las relaciones y el concepto de grupo son primordiales y el talento individual se debe poner al servicio del colectivo, los europeos no tienen rival. El resultado es un tanteo final de 10-6 a favor del equipo capitaneado por McGinley, igual marcador que el que figuraba en Brookline antes de aquella jornada de infausto recuerdo de la que nos hablaba Javier Pinedo o el que habÃa en Medinah pero a la inversa hace dos años.
Leer el artículo completo.27 de Septiembre de 2014
He de reconocer que segundos antes de que Ian Poulter embocara un descomunal pitch desde fuera de green para regocijo de los miles de espectadores que asistÃan frÃos al desenlace del último partido de unos fourballs matutinos por lo general esquivos para el combinado europeo, me encontraba enfrascado en un artÃculo escrito en caliente sobre el cúmulo de errores que, a mi inexperto juicio, estaba cometiendo un Paul McGinley a todas luces sobrepasado por la magnitud de un evento para el que no tiene currÃculum suficiente.
Leer el artículo completo.27 de Septiembre de 2014
Como santo Tomás, he de confesar que la duda anidó en mi corazón y puse en cuestión la divinidad de Ian Poulter. En esta Ryder Cup, el inglés era un jugador serio, adusto, convertido en objetivo de los focos por su difuminada actuación de la primera jornada, un partido que dejaba interrogantes y podÃa poner en entredicho la elección de Mr. Ryder (o «The Postman», como le llaman por estos lares, porque «always deliver» (siempre cumple/entrega) después de una temporada gris.
Leer el artículo completo.27 de Septiembre de 2014
Viernes de triunfo para el equipo europeo que terminó la jornada con un tanteador de 5 a 3 sobre los estadounidenses. Vamos a recopilar lo mejor de la red durante la primera jornada de competición.
Leer el artículo completo.27 de Septiembre de 2014
Dicen los que creen en estas cosas que justo antes de morir pasa ante ti tu vida en diapositivas, no sabemos si con filtros de Instagram o con posibilidad de subirlas a las redes sociales para compartirlas. En rigor, dicen que más que diapositivas es una pelÃcula, pero el mundo del cine anda fastidiado y seguro que en el más allá tampoco andan sobrados de presupuesto para efectos especiales. But I digress… como decÃa Peter David, asà que tendremos que dejarnos de divagaciones. A lo que iba: si esto es asÃ, estoy convencido de que, poco antes de diñarla, a mà se me aparecerán unas cuantas imágenes de esta Ryder Cup de 2014, fogonazos inolvidables que se me han quedado grabados a fuego en el córtex.
Leer el artículo completo.27 de Septiembre de 2014
Diez años habÃan transcurrido desde aquella última Ryder que yo he denominado romántica, la de 1989, y en ese tiempo la competición habÃa conocido todo tipo de incidentes, especialmente cuando se jugaba en Estados Unidos. Pero no hubo nada comparable a lo que Ãbamos a vivir en Brookline. Era curioso ver que cada vez que la Ryder cruzada el charco se producÃan muchos excesos del público y de sus jugadores, o mejor dicho de algunos de ellos, y nada más terminar pedÃan perdón, siempre con la boca pequeña, rogando que en la siguiente, o sea en Europa, se recuperarse la cordura.
Leer el artículo completo.